miércoles, 13 de noviembre de 2024

El problema no es la unidad, es el liderazgo

 

La política no es una suma aritmética. La idea de un candidato “único” asume que los votos de otros candidatos se transferirán automáticamente a este. Sin embargo, en la política no funciona así: cada persona vota según sus propias razones y convicciones. Si el candidato no convence, su condición de “único” no abastecerá, no votaran por él, y en otros casos, los masistas desencantados, por ejemplo, podrían no dar el paso si ven que lo único que une a los que propusieron al “único” es su antimasismo.

Los intentos de unidad en México y Venezuela fueron exitosos a nivel de la formulación, pero un fracaso a nivel del resultado final. En Venezuela, María Corina Machado no pudo ser candidata y el elegido por ella esta hoy en el exilio, aunque podría ser que el triunfo de Donald Trump y el nombramiento de Marco Rubio como secretario de estado cambie las cosas.  En México la unidad opositora distrajo la contienda a tal punto que recién hoy se empiezan a dar cuenta de la magnitud del fraude que les hicieron.

Al revés, los casos de Argentina, Paraguay y Ecuador evidencia que no es necesario un candidato artificialmente “único” si el candidato es verdaderamente único y genuino en su personalidad y propuestas. Ni Javier Milei ni Daniel Noboa ni Santiago Peña invitaron a que los otros opositores se plegaran, los derrotaron en 1era vuelta por la claridad de sus convicciones e ideas.

La imposición de un solo candidato elimina la diversidad ideológica y el debate interno a nivel de la sociedad, los medios y de cada partido. Al concentrar la representación en una sola persona, las demás posturas se ven relegadas, y el debate sobre temas fundamentales como la economía y la institucionalidad queda subordinado a la agenda de un solo actor.

Por último está el complicadísimo y existencial problema de determinar quienes tienen derecho a participar en el proceso de escogencia del candidato único y si algunos por funcionales al MAS deben ser excluidos. Dependiendo donde se coloque la vara para discriminar entre unos y otros se puede d conformar una coalición cuyo candidato único sea de los mas funcionales e inútiles. Es asi como por ejemplo e La Paz acabó eligiendo como Alcalde a Iván Arias Duran.

En lugar de un candidato único, se debería permitir que el proceso democrático se desarrolle en dos vueltas, donde los ciudadanos decidan quién representa mejor sus intereses. La unidad, si ha de lograrse, debe ser una decisión de la ciudadanía, no de un pequeño grupo de candidatos, y la ciudadanía siempre escogerá el liderazgo.

El único argumento en contra de lo que precede es que el MAS podría obtener 40 % de los votos en 1 era vuelta algo que desde el punto de vista lógico y refrendado por las encuestas es absolutamente imposible sin un fraude grosero al estilo de Maduro. El principal objetivo opositor pasa entonces no por elegir a un Dios del olimpo “único” sino por evitar el fraude para lo cual existen tres condiciones esenciales y una absolutamente imprescindible.

Para asegurar un proceso justo, es crucial: Un Tribunal Supremo Electoral imparcial, Un padrón electoral nuevo y confiable y una ley que asegure el control sobre la propaganda estatal que beneficia al oficialismo.

Si se logra un escenario electoral justo, los partidos de oposición deben coordinar para defender el voto en las mesas electorales. Esto implica contar con delegados capacitados de todos los candidatos opositores en cada una de las 30 000 mesas, trabajando en equipo y solidariamente para garantizar la transparencia del proceso. La unidad aquí debe ser en defensa del voto, la condición sine qua non para lograr librar a Bolivia de la oscuridad masista.

martes, 5 de noviembre de 2024

Un 21060 de la etica

 

Las casi dos décadas de la trágica experiencia del Movimiento al Socialismo han impuesto una necesidad ineludible en Bolivia: debemos emprender un proceso profundo de purificación que redima la mediocridad exaltada, la moralidad mezquina y la bajeza que se han instalado como normas de nuestra vida pública. Necesitamos hoy una genuina revolución: un renacimiento ético tan decisivo como lo fue el Decreto 21060 en términos económicos y financieros. Esta tarea es ardua, pues el deterioro moral no solo ha desgastado la capa superficial de nuestra sociedad, sino que ha corroído sus estratos más profundos, afectando a todas las regiones, las clases sociales, todas las edades y todo ámbito público.

El MAS ha consolidado la creencia de que la ley es un adorno conceptual, algo a respetarse solo cuando conviene. Han creado, además, una burocracia monstruosa y reglamentaria, una telaraña en la que la normativa carece de espíritu ético, de fundamento moral o, incluso peor, de sentido práctico, hecha solo para cobrar y perjudicar

 En esta Bolivia convertida en parodia, lo esencial ya no es el conocimiento, sino el “papelito” que lo pruebe. No importa si alguien está enfermo o moribundo; lo esencial es la fotocopia que certifica la vacuna para poder ingresar a un hospital. No importa si alguien es culpable o inocente; lo que cuenta es que haya cumplido con los trámites burocráticos, cargados de una miseria ética que empequeñece el espíritu. En esta estructura sin alma, se sacrifica el mérito y se apadrina la mediocridad en nombre de la paridad de género o, simplemente, por la bendición de quienes detentan el poder político.

Este deterioro ha alcanzado tal magnitud que se defendió, sin rubor, que la reelección indefinida era un “derecho humano”, solo porque unos adefesios de tribunos así lo sostuvieron, una aberración que hiere la dignidad de todas las verdaderas víctimas de violaciones de derechos humanos y contamina las funciones más sagradas del Estado.

Una revolución ética y moral debe comenzar estableciendo, con fuerza y claridad, que una sociedad civilizada no puede sobrevivir sin valores. No hay salvación fuera de ellos, aunque sea que los comportamientos los asuman inicialmente con hipocresía y que la educación y la coerción los transformen luego en costumbres. Se puede concebir no enseñarles a los niños la disciplina, honradez y la decencia, la necesidad de no faltar a la verdad, ¿la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal? ¿Es posible hacer empresa, educar, sanar, competir o definir políticas públicas sin valores?

Hoy nuestra democracia se ha convertido en un cascarón vacío, carente de contenido, pues ha sido despojada de principios básicos como la división de poderes, un mínimo de buena fe, el respeto por el otro y el mínimo sentido genuinamente democrático. Esta erosión no puede ser ignorada pues aceptarla es renunciar a valores y principios.

En la historia universal encontramos episodios en los que la voluntad política logró desencadenar revoluciones éticas y morales con efectos duraderos para sus pueblos y para la humanidad. Desde la Revolución Francesa, cuyos ideales de libertad, igualdad y fraternidad sentaron una base ética para la política occidental, hasta el movimiento abolicionista que confrontó la inmoralidad de la esclavitud y los derechos fundamentales de los seres humanos; pasando por el movimiento kemalista de Atatürk en Turquía, que refundó la república bajo ideales de secularidad, racionalidad y modernización. De manera comparable, la transición democrática en España, que impulsó una ética de reconciliación, el movimiento de derechos civiles en Estados Unidos y la Revolución Meiji en Japón, que promovió el deber, el honor y el servicio a la nación, son ejemplos de que el cambio moral y ético colectivo. es posible.

Hoy, Bolivia necesita una transformación semejante, una enérgica revalorización de los principios y valores esenciales. Esta es una propuesta, un 21060 ético y moral, un renacimiento de la ética pública que restituya la dignidad y los valores de nuestra sociedad, convencidos de que solo con una base ética renovada podremos reconstruir la cohesión y el respeto que nuestra nación necesita para avanzar hacia el futuro. Las líneas de trabajo de un verdadero cambio del estado y de la sociedad a ese nivel son:  La generalización fundamentalista de la transparencia., la  educación y la concientización, un sistema sancionatorio, uno de estímulos y premios, la puesta en valor de la rendición de cuentas, de la fraternidad y la espiritualidad en libertad.

martes, 29 de octubre de 2024

El ocaso de Evo Morales

 

En 2006 a Bolivia se le ocurrió darle más poder que a nadie en la historia a un campesino semianalfabeto jefe de los productores de coca exclusivamente para cocaína.  Que podía salir mal ? 

Desesperado por un cambio, el país fue seducido por la imagen que Morales proyectaba: un supuesto defensor de los indígenas y los marginados. Sin embargo, Morales no habla una lengua indígena, y nunca se ha identificado con la cultura de quienes decía representar. Su victoria fue el resultado de un engaño masivo, una farsa construida para ganar poder sin ningún compromiso con los ideales de justicia y equidad que pregonaba.

La debacle política de Evo Morales Ayma no es solo una caída, sino una larga y humillante agonía que revela su ignorancia, carencia moral y falta de visión. Morales, quien no terminó la secundaria y admitió abiertamente su rechazo a la lectura, ha demostrado ser un hombre sin formación intelectual, sin respeto por el conocimiento. Amparado en el apoyo del castro-chavismo latinoamericano y europeo, pasó de ser un trompetista a la presidencia de Bolivia, manteniéndose en el poder solo a base de estrategias de manipulación y a la bonanza económica que ocurrió a pesar de el y en cuya cosecha fue el único participante.

Durante casi cuatro décadas, Morales ha sido el líder de los productores de coca del Chapare, cuyas plantaciones no tienen otro destino que la cocaína. Su poder sindical no se construyó con liderazgo, sino con extorsión, presión y tácticas violentas, las mismas que hoy usa para evitar enfrentar a la justicia. Nunca se casó y reconoció a algunos de sus hijos bajo presión, mostrando una total falta de responsabilidad. Es un hombre sin principios, guiado solo por su insaciable sed de poder.

La decadencia de Morales se hizo evidente en 2016, cuando, en un acto de desprecio por la democracia, ignoró el referéndum que rechazaba su reelección y afirmó que postularse era un “derecho humano”. Con un Tribunal Constitucional sumiso, conformado por jueces a su servicio, Morales demostró que el único “derecho” que le importaba era su permanencia en el poder. Su huida en 2019, tras un fraude electoral y su vergonzoso regreso en 2020, mostró su falta de dignidad y su incapacidad para aceptar que su tiempo había terminado.

Hoy, las denuncias por abuso sexual de menores lo rodean y lo acorralan. La Fiscalía de Tarija lo ha citado en un caso de pederastia, algo que era un secreto a voces en Bolivia. Pero en lugar de asumir responsabilidad, Morales se presenta como víctima de una supuesta persecución política. Este patético intento de evadir la justicia es la culminación de años de manipulación y abuso de poder, el reflejo de un hombre que nunca ha respetado la ley.

En lo económico, el supuesto “modelo” de Morales fue una ilusión. Basado en ingresos temporales de gas y minerales, el crecimiento económico se desplomó cuando los recursos se agotaron en 2015. Durante años, Morales disimuló la falta de desarrollo estructural con una fachada de estabilidad económica. Hoy Bolivia enfrenta una crisis, con un sistema productivo destruido, una autosuficiencia alimentaria desmoronada y una economía en ruinas. Perdió, despilfarró y se robó una oportunidad excepcional para sacar a Bolivia de la pobreza y el sub desarrollo, empleando el dinero que quedaba de la corrupción en un estado hipertrofiado, obras inservibles, veleidades de faraón y no reinvirtió nada del mana gasífero que heredó.

 

Morales termina su carrera como un personaje sin moral ni ética, aferrado a una imagen de poder que ya no le pertenece. Sin dignidad ni credibilidad, se ha convertido en un pandillero “asalta caminos” política y literalmente, dispuesto a bloquear carreteras, matar policías y causar dolor, incendiando todo con tal de evadir la justicia. Las acusaciones de abuso a menores podrían conllevar hasta 25 años de cárcel si se demuestra que las víctimas eran menores de 14 años, y aún así, Morales se cree una alternativa electoral, arrastrando a Bolivia al caos en su desesperación por el poder.

Su historia es un recordatorio doloroso de la ceguera de un electorado que, en 2006, pasó por alto su falta de formación, visión y principios. En lugar de un héroe, Bolivia encontró en Morales una estafa; en lugar de progreso, un desastre. Hoy, Bolivia enfrenta el desafío de reconstruir sus instituciones, economía y tejido social, tras el paso de un hombre que, lejos de representar un cambio positivo, simboliza una de las oportunidades más grandes que el país perdió. A tomar en cuenta cuando suenan los cantos de sirena del apoyo a precandidatos cuya juventud e inexperiencia es vista como grandes cualidades en desmedro de la experiencia y formación de liderazgos de temple. En política, como en la economía y en la vida, no haya ni magia ni magos, solo los que mienten y los que dicen la verdad.

lunes, 21 de octubre de 2024

Bolivia en la encrucijada : La crisis ética y moral bajo el regimen del MAS

 

Bolivia se encuentra hoy sumida en la más profunda decadencia moral y ética. Bajo el régimen del MAS de Evo Morales y sus secuaces, el país ha sido testigo de una escalada de corrupción, violencia, abusos sexuales y narcotráfico, que ha destruido los valores más básicos de nuestra sociedad. Lo que en su día fue una nación en busca de justicia y equidad, hoy se ha convertido en un escenario de impunidad, atropello, opresión, cinismo y muerte.

El propio Morales es ahora el símbolo de la corrupción. Desde hace años que se comenta sobre sus preferencias sexuales con menores de edad, un hecho que cualquier otra persona pagaría con la cárcel. Morales, sin embargo, ha gozado de impunidad, protegido por el aparato judicial que él mismo manipuló para sus intereses.

Este caso es solo la punta del iceberg de una corrupción que ha podrido las entrañas del Estado. Entre 2016 y 2023, más de 2,500 casos de violación y abuso sexual fueron registrados, y una gran parte de ellos quedaron impunes. La justicia en Bolivia es un fantasma, un aparato zombi corroído por el MAS, que prioriza la protección de los suyos antes que los derechos de las víctimas. ¿Dónde está la justicia para estas mujeres y niñas? ¿Dónde está la ética en una sociedad que permite que estos crímenes se multipliquen bajo la sombra de los poderosos?

Bolivia ha sido entregada en bandeja de plata a los cárteles del narcotráfico. En 2021, el excomandante de la Policía Nacional, Maximiliano Dávila, fue arrestado por sus vínculos con el narcotráfico internacional, el caso más sonado de una larguísima lista de autoridades vinculadas al narcotráfico, incluyendo militantes, dirigentes, concejales, diputados, senadores, viceministros, ministros y autoridades policiales y de justicia del MAS. La narcopolítica ha tomado el control del Estado, mientras los ciudadanos honestos viven con miedo.

La violencia contra las mujeres y los niños ha alcanzado niveles epidémicos. En 2023, más de 100 feminicidios sacudieron la nación, y la respuesta del gobierno ha sido poco más que discursos vacíos. El sistema judicial, completamente politizado y sumiso al MAS, no puede garantizar justicia para las mujeres que mueren a manos de una sociedad que las ignora.

Los niños tampoco han sido inmunes a esta ola de decadencia. En 2022, más de 4,000 casos de abuso infantil fueron registrados, la mayoría perpetrados por familiares cercanos. Pero en un país donde la impunidad reina y el gobierno se preocupa más por proteger a sus cómplices que por hacer cumplir la ley, estos crímenes han sido sistemáticamente ignorados.

El saqueo al Estado es otra marca indeleble de la gestión masista. Desde 2006 hasta 2024, varios casos de corrupción económica y saqueo al Estado marcaron la gestión.  Desde el “Fondo Indígena” hasta el “Evo cumple”, se desviaron millones de bolivianos destinados a proyectos sociales para comunidades indígenas entre 2010 y 2015, afectando a cientos de comunidades que nunca recibieron los beneficios prometidos sino sobreprecios, obras fantasmas y una gestión opaca de los recursos.

El desastre ecológico también ha sido una constante bajo la administración del MAS. Los incendios provocados que devastaron la Chiquitanía en 2019 y de nuevo en 2024 son una muestra más de la indiferencia criminal del gobierno. Más de cuatro millones de hectáreas de bosque fueron consumidas por el fuego, destruyendo la vida de comunidades indígenas y poniendo en peligro la biodiversidad del país. ¿Y qué hizo el gobierno? Nada. Los responsables quedaron impunes, mientras el gobierno continuaba con su agenda de expansión agrícola sin freno ni conciencia ambiental.

Bolivia no puede continuar en este estado de decadencia. Se necesita una revolución ética y moral que devuelva a la nación sus valores fundamentales. El primer paso es una reforma integral del sistema judicial, para que la justicia deje de ser una herramienta al servicio del poder y se convierta en lo que debería ser: un escudo para los más débiles y una espada contra los corruptos.

Es imperativo también que se implementen políticas reales de protección para las víctimas de violencia, que se depure a las fuerzas de seguridad de los elementos corruptos y que se tomen medidas drásticas contra el narcotráfico y la corrupción. Solo un compromiso firme con la justicia, la transparencia y el respeto por la dignidad humana podrá salvar a Bolivia de esta catástrofe.

El MAS, con Evo Morales a la cabeza, ha traicionado a su pueblo. Bolivia merece algo mejor. Necesitamos una nueva era de integridad y decencia, una era en la que el gobierno sirva al pueblo, y no se sirva de él.

martes, 8 de octubre de 2024

El mundo entero ha conocido lo que que era vox populi en Bolivia

 

El mundo entero ha conocido en los últimos días algo que era vox populi para los bolivianos, la afición del señor Evo Morales por las jovencitas, incluyendo en no pocos casos las menores de edad. Un secreto a voces dentro de las fronteras nacionales la noticia se volvió global así como las reacciones de censura y desaprobación, con obviamente excepciones como la del grupo de puebla que sin rubor ni vergüenza declaró que se trataba de un caso de “Lawfare” (guerra judicial políticamente motivada) a lo que el foro de Madrid respondió diciendo que el primero “avala delitos de pedofilia y trata y tráfico”

En Bolivia, el Código Penal establece que cualquier persona que tenga relaciones sexuales con un menor de 18 años, aprovechándose de una situación de superioridad o dependencia, comete el delito de “estupro”. Este delito está regulado en el artículo 309 del Código Penal boliviano y se considera un crimen en casos donde la persona mayor tiene una relación de poder o influencia sobre la menor, con penas de hasta 6 años de prisión. Adicionalmente, si se comprueba que la víctima era menor de 14 años, el acto se clasificaría como violación, un delito más grave con penas de hasta 20 años de prisión, según el artículo 308 del mismo código.

Morales no ha negado formalmente las acusaciones, después de todo el mismo expreso su deseo de retirarse al Chapare “con una quinceañera” y bromeó que cuando el “va a los pueblos, quedan todas las mujeres embarazadas y en sus barrigas dice Evo Cumple" entre muchas otras expresiones de machismo y humor mal entendido.

El acusado no puede desmentir las denuncias puesto que existen una infinidad de indicios, fotos, certificados de nacimiento, videos, hijos reconocidos y no reconocidos entre otras evidencias de su comportamiento, el de un hombre público que no se casó, reconoció a duras penas y luego de presiones políticas a algunos de sus hijos y a quien no se le conoce una relación estable con ninguna pareja.

Lejos de rechazar las acusaciones las huestes del ex mandatario amenazan con acabar con el gobierno en funciones si “tocan a Evo Morales” como lo hizo el ex ministro Juan Ramon Quintana en su momento sindicado de varios casos de asesinato y corrupción, igualmente impune hasta hoy, así como los productores de coca para cocaína del Chapare  que amenazan a militares y policías en caso de que se lo lleve ante la justicia.

Lo que ha generado igual polémica es la reacción de ciertos sectores de la prensa, cuando a pesar de la gravedad de las denuncias, algunos de ellos continuaron entrevistando a Morales sin cuestionarlo. En diversas entrevistas, Morales fue invitado como figura política clave, pero pocos periodistas mencionaron las acusaciones o indagaron sobre el tema. Esta falta de rigor ha sido ampliamente criticada tanto dentro como fuera de Bolivia, donde algunas organizaciones periodísticas han señalado que se está permitiendo la impunidad y una normalización de la supuesta conducta del exmandatario.

Para algunos, esto refleja una parcialidad hacia Morales, mientras que otros creen que los medios confeccionan sus agendas en base a la pauta de publicidad estatal o las presiones y extorsiones del oficialismo.. Esta respuesta de la prensa ha sido interpretada por muchos como una falta de compromiso con los derechos de las víctimas y una omisión de su responsabilidad de informar con objetividad.

El caso de Evo Morales permanece sin resolver y continúa siendo motivo de indignación pública, especialmente en el contexto de la legislación boliviana, que establece protecciones claras para los menores de edad. La falta de respuestas y de una cobertura crítica en ciertos medios ha dejado en evidencia una disonancia entre algunos sectores de la prensa y la demanda popular de justicia y transparencia.

lunes, 16 de septiembre de 2024

The Unlearned Lesson: Bolivia and the Forest Fires from 2018 to 2024

 

Bolivia, a country with unique biodiversity, faces recurring forest fires that devastate its territory, exacerbated by agricultural expansion, coca cultivation, illegal mining, and deforestation. Despite the severity of the fires in 2018, the ruling government has not adopted preventive measures or effective public policies to prevent the situation from recurring in 2024. The fires in 2018 were already devastating, both environmentally and economically, and the government’s inaction has allowed, and some say even encouraged, the situation to repeat itself six years later.

The main problem lies in the uncontrolled expansion of the agricultural frontier, driven by the cultivation of soy, coca, and extensive cattle ranching, which has been one of the main causes of deforestation. Despite criticism of the incendiary laws and decrees that facilitate the use of fire for agricultural activities, no actions have been taken to repeal them or to establish effective public policies to stop the destruction of forests.

The lack of resources and institutional coordination is evident. Firefighters and forest brigades are not adequately equipped or trained to deal with large-scale fires, resulting in an insufficient response to environmental emergencies. Additionally, climate change, with prolonged droughts and high temperatures, has increased the frequency and intensity of fires, although it cannot be used as an excuse for the government’s inaction.

A cultural aspect of this issue is the lack of foresight and planning, both in public policies and in daily life. In Bolivia, prevention is not ingrained, and the tendency is to make reactive decisions rather than proactive ones, leading to an inability to effectively manage crises. Improvisation has become a constant, and this is reflected in the management of natural resources and the inability to prevent disasters.

The lack of discipline is also a critical issue. Although environmental policies exist, their implementation is inconsistent and not enforced with the necessary rigor. The burning of lands and the use of protected areas continue without strict controls, reflecting a lack of commitment to legality and responsibility in public management. This short-term, extractive approach has led to the destruction of ecosystems, fueling the cycle of fires that Bolivia faces year after year.

The impact of these fires is not limited to the environment. The most vulnerable communities, which depend on natural resources for their livelihood, are the most affected. The loss of forests means the loss of livelihoods, leaving many people without access to food, medicine, or building materials. The State's lack of planning perpetuates poverty and marginalization of these sectors of the population.

Lastly, improvisation is not just a political problem but a cultural one. Instead of anticipating and planning, action is only taken when disaster has already struck. This reflects a worldview that does not value the importance of discipline and planning, which are fundamental elements for a sustainable society. While other countries in the region have begun to implement more effective policies to tackle climate change, Bolivia remains behind, trapped in a culture of delayed reaction.

To break this destructive cycle, Bolivia needs a profound change in its culture of foresight and planning. The government must adopt stricter public policies and ensure their implementation with discipline. Moreover, it is crucial to commit genuinely to environmental protection, promoting responsible management of natural resources and strengthening emergency response capacities.

Bolivia must leave behind improvisation and begin to plan seriously and sustainably to prevent forest fires from continuing to devastate the country. The lesson from 2018 and its repetition in 2024 can no longer be ignored; it is time to change course and build a culture of foresight, discipline, and responsibility to protect Bolivia’s future and its invaluable natural heritage.



viernes, 13 de septiembre de 2024

La lección no aprendida: Bolivia y los incendios forestales de 2018 a 2024

 


 

                                                                                                                          

Bolivia, un país con una biodiversidad única, enfrenta recurrentes incendios forestales que devastan su territorio, exacerbados por la expansión agrícola, el cultivo de coca, la minería ilegal y la deforestación. A pesar de la gravedad de los incendios ocurridos en 2018, el masismo en el gobierno no ha adoptado medidas preventivas o políticas públicas efectivas para evitar que se repita esta situación en 2024. Los incendios de 2018 ya fueron devastadores, tanto ambiental como económicamente, y la inacción del gobierno ha permitido, y algunos dicen que incentivado, que la situación se repita seis años después.

El problema principal radica en la expansión descontrolada de la frontera agrícola, impulsada por el cultivo de soya, coca y la ganadería extensiva, que ha sido una de las principales causas de la deforestación. A pesar de las críticas hacia las leyes y decretos incendiarios que facilitan el uso del fuego para actividades agropecuarias, no se han tomado acciones para derogarlas ni para establecer políticas públicas efectivas que detengan la destrucción de los bosques.

La falta de recursos y coordinación institucional es evidente. Los cuerpos de bomberos y brigadas forestales no están adecuadamente equipados ni entrenados para enfrentar incendios de gran magnitud, lo que ha resultado en una respuesta insuficiente ante las emergencias ambientales. Además, el cambio climático, con periodos prolongados de sequía y altas temperaturas, ha aumentado la frecuencia e intensidad de los incendios, aunque no puede ser utilizado como excusa para la inacción del gobierno.

Un aspecto cultural es la falta de previsión y planificación, tanto en las políticas públicas como en la vida cotidiana. En Bolivia, la prevención no está arraigada, y la tendencia es tomar decisiones reactivas en lugar de proactivas, lo que lleva a la incapacidad de manejar eficazmente las crisis. La improvisación se ha convertido en una constante, y esto se refleja en la gestión de los recursos naturales y la incapacidad para prevenir desastres .

La falta de disciplina también es un problema crítico. Aunque existen políticas ambientales, su implementación es inconsistente y no se aplican con el rigor necesario. La quema de tierras y el uso de áreas protegidas continúan sin controles estrictos, lo que refleja una falta de compromiso con la legalidad y la responsabilidad en la gestión pública. Este enfoque cortoplacista y extractivista ha llevado a la destrucción de los ecosistemas, alimentando el ciclo de incendios que Bolivia enfrenta año tras año.

El impacto de estos incendios no se limita solo al medio ambiente. Las comunidades más vulnerables, que dependen de los recursos naturales para su subsistencia, son las más afectadas. La pérdida de bosques significa la pérdida de medios de vida, dejando a muchas personas sin acceso a alimentos, medicinas o materiales de construcción. La falta de planificación por parte del Estado perpetúa la pobreza y la marginalización de estos sectores de la población.

Por último, la improvisación no es solo un problema político, sino cultural. En lugar de prever y planificar, se actúa solo cuando el desastre ya ha golpeado. Esto refleja una visión que no valora la importancia de la disciplina y la planificación, elementos fundamentales para una sociedad sostenible. Mientras otros países de la región han comenzado a implementar políticas más efectivas para enfrentar el cambio climático, Bolivia sigue rezagada, atrapada en una cultura de reacción tardía.

Para romper este ciclo destructivo, Bolivia necesita un cambio profundo en su cultura de previsión y planificación. El gobierno debe adoptar políticas públicas más estrictas y garantizar su implementación con disciplina. Además, es crucial que se asuma un compromiso real con la protección del medio ambiente, promoviendo una gestión responsable de los recursos naturales y fortaleciendo las capacidades de respuesta ante emergencias.

Bolivia debe dejar atrás la improvisación y comenzar a planificar de manera seria y sostenida para evitar que los incendios forestales continúen devastando el país. La lección de 2018 y su repetición en 2024  no puede seguir siendo ignorada; es hora de cambiar el rumbo y construir una cultura de previsión, disciplina y responsabilidad para proteger el futuro de Bolivia y su invaluable patrimonio natural.

martes, 3 de septiembre de 2024

¿Unidad que resta o división que suma ?

 

Los bolivianos somos afectos a buscar, y tener la impresión de encontrar, panaceas para todos nuestros problemas. Estamos convencidos que si linchamos a una presidente política e incluso físicamente, todo se solucionará. Para acabar con nuestro sub desarrollo, recuperar el mar era la solución. ¿No funcionan los partidos políticos ? ¡La bala de la plata son las agrupaciones ciudadanas! ¿ La economía  no satisface las expectativas? Los unos plantean estatizarlo todo y los otros privatizar hasta la presidencia. Que decir de las virtudes del federalismo para algunos. Gracias a él, si los escuchamos, tendremos un salto cuántico hacia la concreción de la perfección divina hecha organización política.

Algo comparable sucede con la idea de la unidad político electoral en primera vuelta. Para ganarle al MAS el único camino es la unidad, no importa con quienes, a qué precio, ni en qué condiciones. Lo UNICO que importa es que se concrete todo alrededor de una sola persona, cuyas virtudes y defectos son completamente irrelevantes si es que alguna encuesta o votación virtual  lo ha ubicado como quien encarne la unidad opositora.

Apenas se atreve hablar alguien de opciones consideradas "chicas" no le salta el MAS, lo hacen los `propios "opositores" diciendo que "como se atreve, que no tiene posibilidades, que hay que unirse etc.. Así, Jesucristo podría ser candidato, pero Satanás le ganaría porque "hay que unirse"… De todas las panaceas, el ideal de la unidad opositora antes de la primera vuelta es algo que todos los integrantes de las oposiciones, con no poca hipocresía, señalan ser su prioridad. Los unos agitan este objetivo por que creen que la dichosa unidad se realizara alrededor de ellos, y otros lo hacen por no salirse del área de confort que brinda la hipocresía políticamente correcta.

La unidad así entendida  parte del supuesto  de que en política dos mas dos son cuatro o hasta cinco cuando en realidad dos mas dos pueden sumar tres o menos. 

Como lo señala el periodista Raúl Peñaranda en un artículo bajo el título de “la innecesaria candidatura única de la oposición” el concentrar las fuerzas en una sola persona garantiza únicamente que esta sea el blanco fácil de las agresiones oficialistas como ocurrió con María Corina Machado y en ningún caso garantiza el triunfo puesto que implica eliminar todos los huevos para poner uno solo en la canasta, con su obvia vulnerabilidad, como también ocurrió en México.

Significa además marginar a indecisos y masistas arrepentidos en 1 era vuelta ya que estos se mostrarían escépticos de apoyar a un candidato cuyo único atributo seria su anti masismo.

En Bolivia una buena parte de la militancia y de los simpatizantes de partidos y candidatos se mueven en base a un cálculo utilitarista que básicamente se basa en las posibilidades de obtener un empleo, granjería o situación de privilegio con el ganador. Por otro lado, los que no obedecen a esta lógica y votan por razones de simpatía personal o afinidad ideológica pueden perfectamente encontrar indigesto o hasta imposible votar por quien esta en el otro extremo de lo que siempre defendieron, por mucha apariencia de antimasista que este tenga.

En ambos casos, la unidad en primera vuelta restará, no sumará, sobre todo si es impuesta, forzada y sin debate y competencia previa. Los unitaristas parten sin embargo de la base de que no importa que en ella cohabiten izquierdistas, derechistas, demócratas, o autoritarios corruptos u honrados liberales o socialistas, funcionales y genuinos, no importa que se crucen no solo ríos sino mares de sangre, diferencias y distancias, lo único que importa es que haya un solo candidato.

Esta pone paradójicamente la evaluación de las luces y sombras de los pre candidatos en segundo o tercer lugar. Lo único que cuenta es que haya un candidato no importa quien sea, sus convicciones o cuales sus antecedentes, valores o principios. Por lo tanto, no hay verdadero debate, como ya tenemos candidato único, que importan la economía, las propuestas, los temas, el liberalismo o el socialismo, lo único que importa es que ya tenemos un candidato. La confrontación de ideas o la evaluación de conocimientos pasa a ser secundaria, accesoria y hasta irrelevante.

La no aceptación de la unidad mecánica conlleva el enojo feroz e irracional de los unitaristas que descalifican con furia a quien se atreva a decir que no está de acuerdo con la unidad no debatida y desde antes de la primera vuelta.  Es en realidad, el argumento descalificatorio mas contundente contra un opositor, no importan sus antecedentes, calidad intrínseca como candidato o persona, al no dar su apoyo a la unidad eso lo convierte, mas que en un adversario, en un traidor.

No importa como en el caso de un ex presidente que muchos digan que es “el mejor candidato” pero al no apoyar la unidad sin condiciones queda fuera del proceso ipso facto, ni se evalúan sus propuestas o atributos. En 2019 el elegido de la “unidad” y su partido no hicieron ni control electoral, ni en rigor esfuerzo algún para seducir a sus potenciales aliados, despreciándolos. En realidad, algunos dirían que hicieron una campaña cómoda y que en el fondo no querían ganar. Sin embargo, las encuestas dicen que de nuevo va primero, a su vez este, sabedor de que esa situación le asegura supuestamente el apoyo de todos, ya no hace ningún esfuerzo.

La unidad fanatizada e impuesta da la idea de que en Bolivia el MAS nos quitó no solo todos nuestros recursos y nuestra democracia sino también nuestras identidades políticas e ideológicas, los recorridos colectivos e individuales que hacen a una identidad política, hasta nuestra personalidad, todo deben borrarse o pasar a ser accesorios, para apoyar a un solo candidato.

De esta forma la oposición queda realmente dividida, los nobles y buenos defensores de la unidad no importa alrededor de que sino solo de quien y los mezquinos y egoístas, individualistas y ciegos propugnadores de que, por lo menos en la 1 era vuelta cada uno diga lo que tiene que decir. Pero más allá de eso queda silenciada, reducida a ser parte de un adefesio en el que no hay lugar para las pasiones ni convicciones, los debates ni las propuestas, mas aun si el “elegido” como sucedió la ultima vez, en realidad no muestra intención  alguna de considerar a todos en forma proactiva y por lo tanto desmotiva a muchos de sus eventuales adherentes.

El escenario tiene entonces a un MAS dividido y a una oposición mucho mas que dividida, desmotivada, con una parte vaciada de su espíritu y razón de ser, como soldados desanimados que ignoran el sentido del combate, conminados a luchar siguiendo a quien no dice por dónde, con qué y hacia dónde quiere llegar.  

El único camino para construir un proceso de unidad y concertación opositora pasa por empezar no por “alrededor de quien” sino alrededor de “que” es decir el conjunto de propuestas ideas y visiones que encarna las diferentes personalidades deben necesariamente pasar por un debate en profundidad y una compulsa que excluya a las encuestas como proceso dirimidor.  Las selecciones finales de candidatos debieran hipotéticamente   realizarse en primarias cuyo problema central es quien las financiaría y como se garantizaría la imparcialidad y consistencia de quienes las administren.

Por último, hablar de unidad o de división sin asegurarse que se haya cambiado totalmente las posibilidades de reedición del fraude, que se cuente con un padrón confiable para todos y que el estado no sea del uso y abuso del partido oficialista es una tarea básica sin la cual todo participación unitaria o atomizada carece de sentido.

Es absolutamente inconcebible que dado el estado actual de la economía y la polarización de los 2 sectores masistas estos puedan alcanzar el 40 % de los votos sin fraude y manipulación. Queda por saber si la oposición priorizará la denuncia de ese estado de cosas o ira sumisa al fraude.

Lo propio con la no priorización de un control electoral real, organizado y financiado, una tarea de envergadura que necesariamente tiene que ser llevada cabo con la debida anticipación y logística, en forma concienzuda y seria, el ejemplo de Venezuela no necesita de mayores ahondamientos.

Si no se cumple este recorrido estratégico a lo único que iremos unidos es a un nuevo fraude electoral y al matadero político, no solo perdiendo la elección, sino también la dignidad.

BOLIVIA: EL INAUDITO SISTEMA DE ELECCIONES JUDICIALES EMPEORO LA JUSTICIA

 

Las elecciones judiciales en Bolivia fueron implementadas por primera vez en 2011, como parte de una reforma constitucional que buscaba democratizar el sistema judicial y garantizar la independencia de los jueces. Sin embargo, desde su origen, estas elecciones han sido objeto de críticas y controversias debido a su falta de transparencia y a la percepción de que no han logrado transformar la justicia de manera efectiva.

Una de las principales críticas radica en que las elecciones judiciales ponen a los candidatos en una situación parecida a la de los políticos es decir compitiendo por votos, lo que limita su futura independencia al obligar a los candidatos hacer promesas que equivalen a prometer llevar a cabo un trafico de influencias si son electos.

Otro elemento es el de la autoidentificación indígena que permite sumar puntos en la preselección de candidatos por parte de la Asamblea Nacional. Como los impulsores tomaron conciencia de que no se podía permitir que los candidatos hagan campañas abiertas, prohibió las mismas, lo que atenta contra la libertad de expresión pero además  el Tribunal electoral tomo a su cargo la difusión de los perfiles de los candidatos subrayando según el caso su autoidentificación indígena, lo que fue denunciado como racista.

En las elecciones judiciales de 2011, se presentaron 97 candidatos a jueces y magistrados, de los cuales 57 fueron elegidos. Sin embargo, la participación ciudadana fue muy baja, con un 45% de votos blancos y un 18% de votos nulos. Esto revela un claro descontento por parte de la población y una falta de confianza en el proceso electoral y en los candidatos presentados.

Además, a lo largo de los años, se han denunciado numerosos casos de corrupción en el sistema judicial boliviano, lo que ha contribuido a socavar la credibilidad de las elecciones judiciales. En Bolivia hay casos de condenados a 30 años sin derecho a indulto liberados a los meses de iniciar su condena, jueces que han admitido en grabaciones que condenaron a gente sabiendo de su inocencia, y en general el sistema de justicia es percibido como lento, muy corrupto y totalmente permeable a la presión política y económica. .

En las elecciones judiciales de 2017, la situación no fue muy diferente. A pesar de la implementación de reformas para mejorar la transparencia del proceso, la participación ciudadana fue nuevamente baja, con un 60% de votos nulos y un 10% de votos blancos. Además, se denunciaron irregularidades en la selección de candidatos y en el conteo de votos, lo que generó aún más desconfianza en el sistema judicial.

En resumen, las elecciones judiciales en Bolivia han sido un gasto insulso en procesos electorales en los que la gente no participa y han sido incapaces de transformar la justicia de manera efectiva debido a la falta de transparencia, la baja participación ciudadana y la persistencia de la extrema politización y corrupción en el sistema judicial.

Bajo el argumento de que el anterior sistema hacia prevalecer el “cuoteo” es decir acuerdos entre bancadas parlamentarias para la elección de jueces, distribuyéndose entre las mismas en cuotas, se instituyeron las elecciones judiciales como un enrevesado camino, aparentemente democrático, pero realmente arbitrario, cuya manipulación ocurre en la pre selección de candidatos que realiza la asamblea nacional, bajo el control oficialista puesto que solo los que ellos determinen puede postularse.

Esto ha permitido que el partido oficialista haga elegir ya no una cuota más o menos meritocrática de jueces, como eran el caos antes, sino a la totalidad   de los jueces que en general son de un nivel profesional y académico paupérrimo, compensando aquello con su obsecuencia política y postura indigenista.

Es necesario implementar medidas urgentes para mejorar la calidad y la independencia de la justicia en Bolivia y restaurar la confianza de la población en las instituciones judiciales.

martes, 17 de enero de 2023

Intolerancia con los intolerantes

 

La degradación de las prácticas democráticas en Bolivia se ha visto exacerbada por el bajísimo nivel cultural que caracteriza a un numero cada vez mayor de políticos de la oposición como del oficialismo muchos de los cuales llegan a sus espacios parlamentarios luego de una carrera de servilismo a sus superiores y no por ningún mérito propiamente político, académico o de cualquier índole cualitativa.

Esto ha deteriorado por completo la calidad del debate político reemplazándolo por la repetición obsesiva de insultos y descalificativos a tal punto que ha hecho desparecer la verdadera confrontación de ideas así como las propuestas generadas en los espacios legislativos hoy en día reducidos, más que nunca, a momentos donde se levanta la mano con obsecuencia y sin debate.

Mediante las plataformas digitales muchos políticos consideran que incursionar en el terreno del histrionismo barato, apareciendo bailando, contando chistes o disfrazados puede llegar a constituir una acción de comunicación política, pero en la mayoría de los casos pecan de frivolidad y mal gusto. Pero los hay también violentos intolerantes.

El más reciente ejemplo de dislates sin control es la “propuesta “ hecha por el diputado suplente Rolando Cuellar,  del MAS, en sentido de “procesar a los cívicos y otros que hablen a nombre de pueblo, porque no pueden alzar el nombre de un departamento cuando no fueron electos democráticamente”.

“Estamos presentando un proyecto de ley (para) que aquel boliviano que no tenga representación legal y no sea elegido por el pueblo boliviano, será procesado penalmente por terrorismo, alzamiento armado, y organización criminal” dijo el diputado muy suelto de cuerpo y sin medir , suponemos, la envergadura de la hiperbólica amenaza y lo profundamente ignorante y anti democrático de su extravagante propuesta.

Convencido que de que por haber sido elegido indirecta o directamente mediante el voto popular el diputado que hace gala de una prepotencia rara veces vista, incluso en la democracia de fachada que aun finge existir en Bolivia. Amenazando sin disimulo, cree que solo el es el pueblo y que todos los otros no deberían tener ni siquiera derecho a hablar.

 Pero exactamente ¿ quién se cree este sujeto,  que vive de los impuestos que pagan el resto de los ciudadanos, aun lo que no votaron por él ni su partido? ¿De qué clase de trastorno padece para proponer legalizar privar de sus derechos constitucionales, de sus libertades fundamentales , de su libre albedrio y libre expresión a otros tan ciudadanos como cualquiera?

El populismo podría enriquecer la convivencia en sentido de incluir la retorica popular y nacional con figuras menos académicas y acartonadas, con expresiones del pueblo, con ingredientes coloquiales y expresiones de sabiduría popular. Pero hablar y proponer como no lo haría ni un caballo empobrece profundamente un escenario ya muy esmirriado en otra cosa que no sea el compulsivo recurso de exhibir odio, resentimiento y miseria.

Como lo señala la conocida paradoja propuesta en 1945 por el filósofo austriaco Karl Popper, “una sociedad que manifiesta una tolerancia ilimitada pone en riesgo la existencia de dicha tolerancia. Esto, debido a que extender dicha indulgencia total a los y las intolerantes, significaría darles la oportunidad de destruir a los tolerantes, y con ello, la tolerancia en sí.”

Lo que queda de nuestra sociedad no puede seguir tolerando la brutalidad física, retórica y seudo judicial de forajidos como el diputado Cuellar.

domingo, 4 de abril de 2021

La pandemia, la economía, los derechos humanos y el medio ambiente son las urgencias

A días de cumplir 5 meses, la gestión del Movimiento al Socialismo encabezada por el Sr Morales Ayma y el Sr Arce Catacora parece encaminada a ser una peor copia de la que colmó la paciencia de los bolivianos luego de 14 años de abusos. Preocupa que el gobierno este ocupado en cualquier cosa menos en resolver los desafíos que priorizan todos los gobiernos del mundo, luego de un año considerado uno de los más difíciles de la historia reciente de la humanidad.

1.- Por increíble que parezca, fingir ignorar la pandemia y sustituirla por retorica política es básicamente lo que el gobierno ha definido como mecanismo para enfrentarla. Siguen los contagios, las muertes, pero el ministerio de salud es gobernado por la política más que por el objetivo de controlar el mal y aliviar el sufrimiento de quienes lo padecen. Atacando y restringiendo los derechos constitucionales de los médicos, con indiferencia ante el dolor, el Señor Arce llegó al extremo de decir en plena campaña electoral que “si no hay coordinación con las autoridades departamentales ni municipales, no van a llegar las vacunas” afirmación que varios analistas han coincidido constituiría por si sola un canallesco chantaje y evidencia suficiente para un juicio de crimen de lesa humanidad, categoría que no prescribe, aun si se grita mil veces “ fue golpe”

2.-No existe indicador económico que no refleje el impacto de la pandemia a nivel macroeconómico como en la realidad cotidiana de los bolivianos que ven como cada día se cierran más empresas y aumenta el desempleo. El PIB tuvo un decrecimiento del 8.4%, el desempleo urbano se ha triplicado mientras el subempleo ha aumentado cuatro veces. Frente a este complicadísimo panorama, con un nivel decreciente de las Reservas internacionales, que disminuyeron en 1000 Millones en relación al año pasado, y la reducción de las reservas de gas, la única respuesta del régimen ha sido imponer un presupuesto que disminuye el gasto en educación luego de un año prácticamente sin clases, otorgar un bono financiado con deuda y, en esencia, planificar solo una cosa: el endeudamiento de Bolivia y hablar de “golpe”.

3.- El gobierno ha mostrado en muy poco tiempo su falta de voluntad para respetar los derechos humanos recurriendo a la grosera manipulación de la justicia como mecanismo de persecución y criminalización de la política y de restricción de los derechos individuales. Esta permanente maniobra que encabeza el ministro de justicia en persona, tiene en la ex presidente constitucional Añez, algunos de sus ministros, así como generales de las fuerzas armadas y de la policía las victimas principales, cuya situación jurídica y carcelaria ha sido denunciada internacionalmente, todo con el objetivo de construir una posverdad sobre algo que incluso por escrito fue desmentido por el propio Sr. Morales, el supuesto” golpe”.

4.- Por si todo esto fuera poco, estos meses de gobierno del Sr Morales y del Sr. arce parecen ratificar la alevosa y deliberada política de destrucción del medio ambiente y de los genuinos recursos naturales de los bolivianos. La pandemia ha sido la situación ideal para que se prosiga con la quema descontrolada en gran parte del territorio y con una política de avasallamientos en municipios y áreas protegidas de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija que se han sumado a la deliberada acción de desmantelamiento de la institucionalidad del INRA y del SERNAP que incluso Morales respetó. Un verdadero golpe.

Instamos al gobierno a gobernar asumiendo su responsabilidad en materia de salud, economía, derechos humanos y medio ambiente que son los verdaderos problemas que enfrenta el pueblo boliviano y poner fin a una majadería estéril sobre una posverdad cuya consistencia se derrumba. No ocuparse de los verdaderos problemas, solo para agendar una narrativa falsa, es un acto de traición a los que votaron por el MAS y a quienes no lo hicieron y serán los propios gobernantes los que pagarán el precio de este desatino.  La Paz, marzo 28, 2021

Luis Eduardo Siles

Sobre la detención de Jeanine Añez

La ilegal, arbitraria y aberrante aprehensión de la ex presidente constitucional Jeanine Añez Chávez y de los ex ministros Álvaro Coímbra y Rodrigo Guzmán, así como de líderes de la sociedad civil como Yesid Molina en el marco de una campaña desatada por el gobierno en contra de la democracia y la libertad, nos obliga, luego de nuestro comunicado del 11 de marzo, a fijar nuevamente nuestra posición:

1.- Por primera vez en la historia de América Latina se pretende criminalizar la sucesión constitucional, figura que se dio luego del fraude de 2019, las protestas masivas, y la renuncia y fuga de Evo Morales y García Linera.

2.- Llama poderosamente la atención que, sin existir mandamiento de apremio ni citación previa, violando las garantías constitucionales de la ex presidente se proceda no solo a un arresto violento, amedrentando a su familia, sino que se la someta al maltrato deteniéndola en la carceleta de la fiscalía y se utilice el surrealista argumento de que se la ha detenido como ex senadora y no como ex presidente. Esto es una humillación a la persona de la ex presidente pero también a todas las mujeres de Bolivia y todos los bolivianos de bien.

3.- El señor Arce y su gabinete están jugando con fuego. Intentan relativizar su derrota electoral en las subnacionales amenazando no solo los principios del estado de derecho, creando una fábula de hechos que fueron legitimados por su propio partido y por la asamblea -que siguió no solo funcionado sino aprobando leyes-, y amenazan la convivencia pacífica entre bolivianos. Bien harían ellos y el sr Morales Ayma de tener presente la conocida advertencia de Confucio: “antes de embarcarte en un viaje de venganza cava dos tumbas “.

4. Respaldamos jurídica, política y moralmente en forma inequívoca a la ex presidente Añez y todas las demás víctimas de la cobarde represión que violando todo derecho constitucional se a instruido por parte del sr Arce Catacora.

                                                                                                          La Paz, marzo 13, 2021

 

Luis Eduardo Siles

El odio no debe imperar

 La ilegal aprehensión del almirante Flavio Gustavo Arce San Martín, así como la orden de detención dictada en contra del General de Ejército Williams Kaliman y el de policía Yuri Calderón y otros, en el marco de una campaña desatada por el gobierno en contra de la democracia, la Policía y las Fuerzas Armadas, nos obliga a fijar claramente nuestra posición como partido político democrático.

1.-La narrativa sobre un supuesto “golpe “en noviembre de 2019 es una burda manipulación de la verdad histórica que el régimen pretende instalar para intentar disimular su inoperancia en materia económica y su falta de resultados en materia de salud y vacunación. Lo que hubo es una legitima insurrección popular masiva producto de la indignación por un fraude electoral organizado por el MAS que ya había irrespetado el resultado de un referéndum nacional y la cobarde fuga de Evo Morales, García Linera y otros, precedida de sus renuncias.

2.- Hoy el régimen pretende vengarse de los mandos policiales y militares que se negaron a reprimir para imponer su fraude y que estarán siempre en la memoria del pueblo boliviano y paceño en particular por que cumplieron con su deber constitucional y condición de bolivianos de honor y de bien evitando actos terroristas y baños de sangre de imprevisibles consecuencias.

3.- El señor Arce y su gabinete están jugando con fuego. Intentan relativizar su derrota electoral en las subnacionales amenazando no solo los principios del estado de derecho, creando una fábula de hechos que fueron legitimados por su propio partido y por la asamblea -que siguió no solo funcionado sino aprobando leyes-, y amenazan la convivencia pacífica entre bolivianos. Bien harían ellos y el sr Morales Ayma de tener presente la conocida advertencia de Confucio: “antes de embarcarte en un viaje de venganza cava dos tumbas “.

4. Respaldamos en forma inequívoca a los policías y militares patriotas de Bolivia. Así mismo saludamos con respeto y admiración a esta esta dama, amparo de la libertad nacional como es Doña Amparo Carvajal quien, a la cabeza de la Asamblea permanente de derechos humanos, ha llamado a defender a nuestras instituciones, llamado al que nos adherimos con convicción y entusiasmo.

¡Viva Bolivia!                                                                                                La Paz, marzo 11, 2021

Luis Eduardo Siles

lunes, 10 de agosto de 2020

Carta abierta a la Presidente Jeanine Añez

La Paz, 6 de agosto de 2020            

Señora                                                                                  

Jeanine Añez

Presidente Constitucional Interina

Presente.-

 

Excelentísima señora Presidente  :

Me dirijo públicamente a su autoridad con el objeto de hacerle conocer mi criterio personal e institucional sobre la actual coyuntura  y específicamente sobre las elecciones y su candidatura a la presidencia.

De confirmarse la misma se convertiría usted en el segundo presidente de este siglo en candidatear a la presidencia estando en funciones. El otro fue Evo Morales Ayma. Durante el siglo pasado un solo caso excepcional confirma la regla, el de la reelección inmediata de 1964 que como es de su conocimiento, sumió al país en 18 años de autoritarismo con episódicos  paréntesis democráticos.

De las 19 constituciones bolivianas, 13 prohibían la reelección inmediata y en nuestra turbulenta historia la reelección inmediata es un fantasma que se ha presentado en innumerables oportunidades pero que los bolivianos creíamos ya derrotado hasta la constitución de 2009, hecha a la medida y con los métodos de Evo Morales, sobre los muertos de la Calancha y con las conocidas anomalías que una constitución aprobada en un cuartel puede adolecer.

Es por eso señora Presidente que cuando Ud. asumió la presidencia en noviembre de 2019 fuimos millones los que apoyamos con entusiasmo el inicio de su gestión y las perspectivas de revertir el nefasto legado del masismo en lo económico e institucional pero sobre todo en lo moral y ético.

Requerida su opinión sobre la postulación, negó Ud. tres veces la posibilidad de, en sus propias palabras, “aprovecharse”.

 Esto fue lo que usted  dijo  : "Lo que particularmente yo quiero es cumplir con Bolivia, no estar aprovechándome de una situación y decir, ¡ah yo también podría ser candidato y me aprovecharé de eso!, porque creo que sería deshonesto “ (Página 7)  "Por ahí dicen que yo estaba buscando candidaturas es una especulación de muy mal gusto porque yo de mi boca ni en mi pensamiento lo pensé, no sería honesto “ (Red Uno) y “Yo no tengo ningún cálculo político y creo que esa es una bendición para mí, no decir: ‘voy a sacar rédito de toda esta etapa que me está tocando vivir como Presidenta’, no” (PAT, No mentiras)

Personalmente debo decir que le creí cuando la escuche pronunciar estos enfáticos y en un par de casos, llorosos desmentidos. Le creí porque es obvio que la misión de quienes resistimos durante 14 años al masismo es demostrar que se puede construir una nueva Bolivia en base no solo a la institucionalidad sino a la coherencia y a la integridad.

 Estábamos todos hartos del nivel de descaro y cinismo que caracterizó a Morales, Linera y sus adláteres y veíamos en Ud. la encarnación de un renacimiento moral, la idea de que la política, aunque tan desafiante, puede ser habitada por personas con principios y palabra.

Pero el problema no se limita a que Ud. dijo eso e hizo otra cosa, sino que con esto está usted poniendo en tela de juicio  la lucha de 14 años, y dándole a Evo Morales y el MAS, una excelente noticia  porque  su decisión, en palabras del ex presidente Jorge Tuto  Quiroga “normaliza y valida sus prácticas prorroguistas, además que los blinda de rendir cuentas ante la justicia por 14 años de latrocinio, corrupción y violencia. Una administración transitoria, con respaldo externo e interno, puede denunciar y acusar al MÁS por sus actos dolosos. Un gobierno en campaña pierde la legitimidad y el respaldo para procesar contrincantes, por grotescos que hubiesen sido sus actos dolosos. El candidato Arce, el mismo Evo, y sus acólitos, tendrán ahora más impunidad que la que buscaban mediante ley.”

No se ha dado inicio a los proceso de investigación de los crímenes de lesa humanidad y de las violaciones a los derechos humanos de más de  una década y mucho menos a las   auditorias jurídico financieras y administrativas  de los 14 años más corruptos de nuestra historia.

Ni siquiera se ha dignado Ud.  Revertir algunas de las medidas más espectacularmente atroces de la era de Evo Morales como el DS 23973 que, al autorizar las “quemas controladas” posibilitó los mortíferos incendios de la Chiquitania boliviana, los más devastadores de toda nuestra historia.

“En lo económico la bonanza es solo un recuerdo, el gasto público se desbocó, las reservas internacionales monetarias están declinando, y el déficit fiscal es el más alto de la región, exceptuando Venezuela.  A un gobierno de transición no se le exigiría que atienda estos problemas pero al estar en campaña, toda decisión económica tiene el interés de su candidatura y no el de la nación como prioridad.”

De hecho, a pesar de la crisis, no se iniciado un proceso de reducción del gasto público y 6 meses después de su llegada al gobierno es razonable especular que más de dos tercios de las instituciones siguen administradas por los que durante 14 años no tuvieron ni Dios ni ley y no se ha iniciado siquiera el recuento de los daños, ni de los robos.

Todo esto  señora Presidente,  es extraordinariamente preocupante y grave en sí mismo. Si a estos elementos le agregamos el inédito y gigantesco desafío de la administración del estado en épocas de pandemia, realmente es difícil encontrar las palabras para calificar el cepo político, jurídico, económico y hasta  existencial que Ud. se colocado así misma al proclamarse candidata.

Ser simultáneamente jefa de gobierno y candidata, obviamente le resta fuerza, liderazgo y norte  a ambos roles y le hace parecer  cada vez más como un  instrumento de su entorno, los únicos beneficiados de este incordio y los que, presumiblemente, son los que presionaron su decisión e impiden la retire.

Esto es lo que el señor Samuel Doria Medina, que se desempeña hoy como un vocero informal del gobierno, con autoridad pero sin responsabilidad, dijo de su candidatura antes de ser el mismo propuesto como aspirante a vice presidente :  Me opongo a la reelección porque cuando los gobernantes van a una elección usan los recursos del Estado para su candidatura, ya estamos viendo en la propaganda aparentemente sobre las obras del gobierno, pero que en realidad son parte de la campaña de Jeanine Añez, eso me hace recuerdo de lo que veíamos de Evo Morales”. (Página siete), llamando incluso a “defender la democracia” y calificando la relección de “maldición” (Correo del Sur)

Qué clase de autoridad moral puede tener una persona, Señora presidente, que censura determinada acción pero si invitado a sumarse a la misma la aplaude, y asume la posición contraria, no por un legítimo y fundamentado cambio de opinión sino por mero interés personal, ni siquiera con algún grado de representatividad  de algo o alguien sino solo por conveniencia individual, es como quien censure el robo pero si le dan parte del botín lo aplaude!

El sistema político colapsó a principios de siglo, entre otras cosas por ese tipo de incoherencias e inconsecuencias. Porque la política no puede ser una acto de bufonería, ya que ello conlleva el descredito del sistema y eso trae como resultado el socavamiento institucional, la violencia y el ascenso de populistas demagogos como Evo Morales y Álvaro García.

La reelección inmediata  suele atentar contra los principios de igualdad, equidad e integridad en la contienda electoral, al dar lugar a un ventajismo indebido a favor del presidente en funciones, en desmedro de los demás candidatos y es lo que vimos en todos los ámbitos durante 14 años y en contra de lo cual el pueblo boliviano se rebeló. Es más, la reelección ha sido en nuestro país y en América latina el camino más seguro al enfrentamiento, la violencia y al retroceso institucional.

Si persiste en su intención,. Señora Presidente, el que habrá ganado, independientemente de los resultados electorales, es Evo Morales Ayma. Habrá quedado claro que el cinismo, la viveza criolla, la falta de auto control, la miseria política  y la falta de valores están intrínseca e inexorablemente  ligados a la actividad política.

Usted, en vez de pasar a la historia como quien valientemente presidio elecciones imparciales como su antecesora Lidia Gueiler, será el objeto de ataques justificados e  injustificados, de fiscalización masiva, disconformidad absoluta y crítica despiadada. Ni Usted ni Bolivia se lo merecen.

Cuando no se han cumplido ni 9 meses de su posesión como presidente interina la única criatura que parece dar signos de querer renacer es la de grupos corporativos afines al MAS que en este aniversario patrio vuelven a recurrir al bloqueo inmisericorde incluyendo el de insumos médicos  como el oxígeno en pandemia, están dinamitando carreteras y destruyendo la convivencia civilizada.

Hasta hoy son pocas las iniciativas que su gobierno ha tomado para revertir los avances de estos forajidos asesinos irracionales. Pero de todas las cosas que podría hacer, está claro que renunciar a una candidatura inadecuada  y convocar a un gobierno de unidad nacional es la que le haría entrar por la puerta grande de la Historia y concitaría , en bien de su gobierno, su persona  y de la democracia boliviana el mayor apoyo nacional e internacional y el reconocimiento de las generaciones  presentes y futuras.

Reciba usted, Sra. Presidente, la expresión de mis mejores consideraciones

                                                                       

 

Luis Eduardo Siles Pérez

      Jefe Nacional

             MNR

 

 

domingo, 2 de agosto de 2020

Liderezas en tiempos de pandemia

Para poner a prueba liderazgos, no hay mejores contextos  que las guerras,  desastres y en nuestros  días, esa mezcla de ambas cosas que es  la pandemia del corona virus. Si hay un signo del mundo hoy es el de una incertidumbre espantosa que carcome el alma de millones de seres humanos. Ante el miedo que se hace presa de todos los que desde sus encierros  contemplan un vértigo de inquietudes, la imagen de la mujer líder se yergue  como la madre protectora que brinda amparo, decisión, y orientación en tiempos difíciles.

Ante lo desconocido, las especulaciones de las teorías de conspiración sobre el origen y tratamiento de la pandemia, la imagen de la canciller alemana Ángela Merkel impecable técnicamente y de competente sensibilidad,  tranquiliza  en su estilo teutónico, por que borra la desconfianza con un aire casi maternal que inspira solidez de mujer de estado, credibilidad,  y consuelo. Con otro estilo, Jacinda Arden, primera ministra de Nueva Zelandia también de gran nivel técnico, habló de declarar al conejo de Pascua un trabajador esencial y otras presidentes han hecho conferencias de prensa solo dirigidas a niños por que las mujeres líderes suelen priorizar a los más vulnerables.

En nuestro medio, la fuerza de la Alcaldesa interina de Santa Cruz Angélica Sosa, y el liderazgo consistente de la canciller Karen Longaric son puntos de referencia para quienes no encontraban ejemplos para considerar que la  tradición de lideresas bolivianas desde Juana Azurduy y Bartolina Sisa  a Lidia Gueiler, contaba con emulas contemporáneas.

Si la resistencia contra  la pandemia en Santa Cruz tiene un nombre  es el de la Arq. Angélica Sosa quien junto al Dr. Oscar Urenda agarró el toro por las astas, aun a riesgo de su propio contagio y capital político. Incansable, valiente, con un solvente manejo de la problemática, planteando soluciones y ejerciendo un genuino liderazgo arropó a Santa Cruz en estos días grises a pesar de las limitaciones propias del contexto local. Intuyendo la gravedad de lo que se venía antes que la mayoría, Sosa, indiferente a las críticas, insistió en la cuarentena a pesar de la indisciplina social, armó centros sanitarios, distribuyó alimentos, exigió transparencia en las cifras y conduce la batalla en el epicentro que es Santa Cruz de la Sierra.

Karen Longaric, por su parte, asumió el reto de formular la política exterior de Bolivia antes y durante la pandemia, luego de 14 años de masismo en el los que las decisiones se tomaban en base a intereses ideológicos, no nacionales. Jefa de un variopinto gabinete, Longaric destaca por la pulcra seriedad de sus decisiones y posicionamientos  que obedecen por lo demás  a un plan sobre política exterior que formuló antes de ocupar el cargo. Tanto en el manejo de las relaciones con Chile en plena pandemia, como en la presencia de representaciones de un gobierno que el chavismo internacional quiso etiquetar de golpista, como en la promoción del comercio internacional de Bolivia o en el manejo de la crisis de los alojados en la embajada de México,  la canciller trajo consistencia y profesionalismo. Ejerciendo una responsabilidad para la que estaba preparada como pocos, la Sra. Longaric ha producido en poco tiempo un cambio positivo en la imagen internacional de Bolivia y probado que la gestión de una mujer en la cancillería puede ser reflejo de la combinación entre técnica y elegancia.

En este recuento, quisiéramos mencionar a la Presidente Añez o a la Senadora Eva Copa con similares razones. No obstante, al  intentar Añez la reelección inmediata candidateando contra el sentido común, hipotecó no solo el destino de su administración, sino que se cortó a sí misma posibilidades de gestión y de generación de genuino poder político. Ocupada en no cometer errores de campaña, aparentemente secuestrada por un varonil entorno, parece ausente del desafío de la pandemia, o del de las relaciones exteriores limitándose, calculadamente,  a presentar teóricas buenas noticias en videos. Pudiendo ser la madre de la nación en estas circunstancias prefirió escoger ser la hija de una parcialidad y su proyecto político hoy se asemeja al de un pedazo de hielo bajo el sol ardiente.

Por su parte la joven y poco conocida  presidente del Senado tiene aún por demostrar si es capaz de marcar una ruptura con el terrorismo de su partido y asumir posiciones constructivas y democráticas o si continuará en la nefasta senda de la confrontación racial y política así como el del sabotaje a la democracia y a la paz social con el que su mentor dividió y envenenó el alma de los bolivianos mientras despilfarraba el dinero de todos sin invertir prácticamente en salud. Su participación en el rechazo parlamentario del primer crédito necesario para  las victimas del virus  es una pésima señal de su verdadera identidad e intenciones.


jueves, 28 de mayo de 2020

Interesadas simplificaciones



                                                                                                                                  
Parte de la involución en la calidad de la interpretación política, reducida  a consignas simplonas  que se repiten con una furia medieval, es la idea de que “si críticas a “A” es porque estas con “C”, simplificación grosera, casi estúpida, consecuencia de un mundo dividido entre “lovers”  y haters” donde no se ven grises, colores o matices solo se percibe una realidad donde todo es simple y fácil porque es binario, dividido, mecánicamente y sin apelación, en blanco o negro.

De esta forma se reducen realidades complejas y multivariables a una ilusión de simpleza  y se evita el proceso de estudiar, debatir e intentar comprender la  política y a los actores políticos como objetos de análisis que requieren de sofisticación analítica además de instinto.

 Así, habiendo sido anti masista desde el 22 de enero de 2006, basta que alguien manifieste su indignación con la reciente seguidilla de desaciertos del gobierno para ser tildado de “masista” o asimilado.
Lo propio ocurre con los que con gran frivolidad creen que de la lucha de 14 años, en la que gran parte de una generación sufrió discriminación, solo cuenta lo hecho en los últimos 21 días, negando los mártires de un proceso que va desde Roger Pinto a Cristian Urresti, pasando por más de 130 muertos, y miles de exilados, presos y perseguidos.

Los compulsivos del cálculo político creen que todos son de su condición, por ende criticar a “A” favorece a “B” y dan por descontado que si alguien lo hace es porque, desprovisto de principios y ética se deja, como ellos, controlar por su maquiavélica, interesada y mezquina mentalidad.

Los que critican el rumbo que ha tomado el gobierno de la señora Añez, su doble e inaceptable condición de candidata y presidente, la corrupción y mal uso de bienes públicos, no tienen, ni en su peor pesadilla, la idea de ver en el MAS una alternativa, son cabalmente los que creen que JUNTOS y su dirigentes estuvieron demasiado cerca del MAS durante 14 años y acabaron pareciéndoseles tanto que llegados al gobierno solo atinaron a comportarse con similares truculencias y cinismo. A quienes les irrita tanto cinismo, no han calculado beneficiar a nadie, solo a los que ya no quieren más cinismo.
Los críticos solo pretenden que Añez decline su candidatura, el pecado original de su gestión y  reconduzca las cosas.

La polarización entre “el MAS agrupación de “salvajes” y “nosotros” los de “Santa Jeanine” es la estrategia de la campaña oficialista cuyos artífices pretenden que les reditúe electoralmente de la misma forma que esa interpretación por parte del electorado  le sirvió a Carlos Mesa para acumular dos millones de votos y posicionarse como la personificación del voto” útil” en octubre de 2019.

A JUNTOS le sirve victimizarse mientras muestra un némesis sin aptitudes democráticas y mete miedo con sus acciones, a veces puestas en escena, para inspirar terror e incertidumbre y al MAS le sirve la destapada corrupción oficialista que insufló vigor en su discurso y que ya puede, implícitamente, compararse con los “otros” ladrones.

El intercambio de lodo reciproco entre los 2 frentes, en teoría los más extremos del espectro partidario, tiene exclusivamente un ganador que es obviamente el cercador de ciudades y una gran perdedora que es la democracia boliviana.

 La “forma evo” de hacer las cosas, el desparpajo del “yo le meto nomas”  de las puestas en escena, del engaño casi compulsivo, ya está siendo institucionalizada. El tráfico con la justicia, el juez Huancani  detenido como si rigiese la ley de la selva, la utilización de recursos públicos en campaña, la declaración de reserva del proceso, el hecho de que la presidenta solo grabe videos y no responda preguntas, lo prueban. Qué decir del  tufo a impostura en el que el “caiga quien caiga” solo sirve para maltratar a un incauto veterano ministro mientras el señor Mohammed Mostajo se pasea por el país, como, guardando las distancias, lo hacía la Sra. Achacollo.

El gobierno ha perdido el apoyo de gran parte de los partidos anti masistas y de no pocos ciudadanos independientes  lo que ha llevado a algunos dirigentes del MAS a creer que pueden frívolamente jugar el rol de una oposición convencional es decir de un partido que critica y  exige elecciones como si nada pasara al mismo tiempo que incentiva acciones de desestabilización.

Como si no estuviera en la memoria de los bolivianos los 14 años de corrupción y despilfarro, de violaciones y crímenes contra los derechos humanos.  Realidad histórica que el superlativo cinismo del candidato masista no podrá nunca cambiar, aun si tiene la desfachatez de pedir  un bono de más de 500 bs cuando sostuvo que con 100 alcanzaba, de reivindicar libertad de expresión cuando ellos la violaron o de hablar de transgénicos cuando fue Morales el que inició su legalización.

La polarización que se fomenta con fines electorales, sustentada en la simplificación y división entre “lovers” y “haters”, podría concluir en que muchos acaben por olvidar lo que realmente fue el masismo. Ello también sería la consecuencia de no haber iniciado las investigaciones, procesos y sanciones tanto en materia de corrupción como en los diferentes casos de violación de los derechos humanos en los 14 años de  oscuridad masista. Es jugar con fuego.
 

Pudo ser Lidia pero parece que va camino a ser emula de Evo


En medio de la pandemia las elecciones han sido postergadas para una fecha aún no muy precisa. La Paz social que aparentemente existe es solo una ilusión provocada por la cuarentena, no se debería apostar a que durará indefinidamente. Nunca es tarde para restituir la ética y la decencia a un proceso político. ¿No será el momento en que la Señora Jeanine decline su candidatura y convoque a un gobierno de unidad nacional para fijar prioridades para el resto de su gestión?

Las semejanzas entre Jeanine Añez y su gobierno con Evo Morales son cada día más evidentes, lo que ha llevado a un fin de la luna de miel que, como todo gobierno novel, mantenía con la mayoría ciudadana. Lejos de alegrarnos, esto nos preocupa. ¿No era ella la que iba a representar un gobierno distinto, una verdadero cambio poco menos que de era?

Cuando asumió, la mayoría sentimos una bocanada de aire fresco que nos hizo dar por derrotado un estilo de gobierno cargado de corrupción, amedrentamiento, narcotráfico, toma del sistema judicial y electoral y de todos los desaciertos que mancharon nuestro país durante 14 años. Ella simbolizaba el comienzo una etapa de transición que nos llevaría a alturas iluminadas después de años de oscuridad. Fuimos muchos los que participamos en la lucha por recuperar la democracia y la expectativa y optimismo eran  grandes.

Cuando llegó a la silla presidencial insistí que ella debía de cumplir la labor de Lidia Gueiler, una etapa de transición, convocar a elecciones y asegurar la pacificación, una oportunidad para quien tenga genuinos valores espirituales. De haber imitado a quien fuera la segunda presidente mujer de América, hubiese acumulado un capital político mayúsculo y asegurado su presencia en las lides políticas con respeto nacional e internacional por mucho tiempo. Pero con tristeza, hoy por hoy da la impresión de que  de tener la posibilidad de ser  Lidia, Jeanine parece estar en camino en pasar a la historia como una emula de Morales.

Pese a haber prometido varias veces que no sería candidata, Jeanine Añez faltó a su compromiso y pasó a ser simultáneamente presidenta y candidata.  De confirmarse la misma se convertirá en el segundo presidente de este siglo en candidatear a la presidencia estando en funciones. El otro fue Evo Morales Ayma.

El expresidente alegaba que lo discriminaban por  indígena, el  entorno de la Sra. Añez  se encarga de victimizarla por ser mujer, respondiendo a las críticas señalando el inveterado carácter misógino de quien las haga. Morales utilizaba ritos pre hispánicos para poner un sello de espiritualidad “indígena y ancestral”, al mismo tiempo que abogaba por el laicismo. Añez, por su lado, no era especialmente conocida por religiosidad, pero  utilizó durante sus apariciones la Biblia como  símbolo y hasta el ayuno como solución.

Sus ministros y hasta su familia utilizaron aviones oficiales para asistir a eventos violando la cuarentena emulando así uno de las costumbres más criticadas de Morales que iba en helicóptero las 30 cuadras que separan la residencia presidencial a palacio.

Los viernes se distribuye una edición gratuita del periódico Bolivia (antes Cambio), cuando los diarios del país atraviesan una de las peores crisis debido a la cuarentena. La Asociación Nacional de Prensa califico esto como competencia desleal y decenas de firmas del gremio  enviaron una carta pidiendo ayuda. Hasta hoy no se conoce una respuesta. Al igual que lo era el pasquín Cambio, el vocero oficialista de hoy solo realiza loas y zalamerías al poder con muy poca critica o investigación.

La Sra. Añez solo aparece en televisión para anunciar bonos y otras “buenas noticias”, un paso más allá de Evo Morales que cuando era confrontado a algún tema álgido alegaba “desconocimiento “, ella sencillamente no los toca.

Comparablemente al gobierno del MAS en el que había información reservada, hoy en día solo existe información parcial sobre los contagios, fallecidos y recuperados de la pandemia pero escasamente sobre los insumos médicos, el destino de las donaciones o en definitiva, datos concretos sobre las tendencias que goce de credibilidad oficial.

Se avecina una descomunal crisis económica, la Señora Añez ya dispuso ingentes cantidades de dinero contrayendo deuda para repartir efectivo a una gran parte del país, lo que era una necesidad inaplazable dada la pandemia. Tampoco ha abrogado el decreto 3973 que  permitió las “quemas controladas” y que fue el origen de los dantescos incendios de la Chiquitania en 2019 en el que se perdió un millón de hectáreas de bosques y miles de millones de animales se quemaron vivos.

Sin intentar abrir el debate, la presidenta aprobó entre gallos y medianoche, el Decreto 4232, que acelera el proceso para que en Bolivia se trabaje con semillas transgénicas irrespetando lo explícitamente establecido en la Constitución. En los últimos días intentó poner en vigencia muy cuestionadas restricciones a la libertad de expresión, después retrocedió solo para enredarse en un confuso episodio sobre respiradores y su utilidad.

La Presidente y su partido debieran recapacitar sobre la pertinencia de su candidatura.