jueves, 28 de mayo de 2020

Pudo ser Lidia pero parece que va camino a ser emula de Evo


En medio de la pandemia las elecciones han sido postergadas para una fecha aún no muy precisa. La Paz social que aparentemente existe es solo una ilusión provocada por la cuarentena, no se debería apostar a que durará indefinidamente. Nunca es tarde para restituir la ética y la decencia a un proceso político. ¿No será el momento en que la Señora Jeanine decline su candidatura y convoque a un gobierno de unidad nacional para fijar prioridades para el resto de su gestión?

Las semejanzas entre Jeanine Añez y su gobierno con Evo Morales son cada día más evidentes, lo que ha llevado a un fin de la luna de miel que, como todo gobierno novel, mantenía con la mayoría ciudadana. Lejos de alegrarnos, esto nos preocupa. ¿No era ella la que iba a representar un gobierno distinto, una verdadero cambio poco menos que de era?

Cuando asumió, la mayoría sentimos una bocanada de aire fresco que nos hizo dar por derrotado un estilo de gobierno cargado de corrupción, amedrentamiento, narcotráfico, toma del sistema judicial y electoral y de todos los desaciertos que mancharon nuestro país durante 14 años. Ella simbolizaba el comienzo una etapa de transición que nos llevaría a alturas iluminadas después de años de oscuridad. Fuimos muchos los que participamos en la lucha por recuperar la democracia y la expectativa y optimismo eran  grandes.

Cuando llegó a la silla presidencial insistí que ella debía de cumplir la labor de Lidia Gueiler, una etapa de transición, convocar a elecciones y asegurar la pacificación, una oportunidad para quien tenga genuinos valores espirituales. De haber imitado a quien fuera la segunda presidente mujer de América, hubiese acumulado un capital político mayúsculo y asegurado su presencia en las lides políticas con respeto nacional e internacional por mucho tiempo. Pero con tristeza, hoy por hoy da la impresión de que  de tener la posibilidad de ser  Lidia, Jeanine parece estar en camino en pasar a la historia como una emula de Morales.

Pese a haber prometido varias veces que no sería candidata, Jeanine Añez faltó a su compromiso y pasó a ser simultáneamente presidenta y candidata.  De confirmarse la misma se convertirá en el segundo presidente de este siglo en candidatear a la presidencia estando en funciones. El otro fue Evo Morales Ayma.

El expresidente alegaba que lo discriminaban por  indígena, el  entorno de la Sra. Añez  se encarga de victimizarla por ser mujer, respondiendo a las críticas señalando el inveterado carácter misógino de quien las haga. Morales utilizaba ritos pre hispánicos para poner un sello de espiritualidad “indígena y ancestral”, al mismo tiempo que abogaba por el laicismo. Añez, por su lado, no era especialmente conocida por religiosidad, pero  utilizó durante sus apariciones la Biblia como  símbolo y hasta el ayuno como solución.

Sus ministros y hasta su familia utilizaron aviones oficiales para asistir a eventos violando la cuarentena emulando así uno de las costumbres más criticadas de Morales que iba en helicóptero las 30 cuadras que separan la residencia presidencial a palacio.

Los viernes se distribuye una edición gratuita del periódico Bolivia (antes Cambio), cuando los diarios del país atraviesan una de las peores crisis debido a la cuarentena. La Asociación Nacional de Prensa califico esto como competencia desleal y decenas de firmas del gremio  enviaron una carta pidiendo ayuda. Hasta hoy no se conoce una respuesta. Al igual que lo era el pasquín Cambio, el vocero oficialista de hoy solo realiza loas y zalamerías al poder con muy poca critica o investigación.

La Sra. Añez solo aparece en televisión para anunciar bonos y otras “buenas noticias”, un paso más allá de Evo Morales que cuando era confrontado a algún tema álgido alegaba “desconocimiento “, ella sencillamente no los toca.

Comparablemente al gobierno del MAS en el que había información reservada, hoy en día solo existe información parcial sobre los contagios, fallecidos y recuperados de la pandemia pero escasamente sobre los insumos médicos, el destino de las donaciones o en definitiva, datos concretos sobre las tendencias que goce de credibilidad oficial.

Se avecina una descomunal crisis económica, la Señora Añez ya dispuso ingentes cantidades de dinero contrayendo deuda para repartir efectivo a una gran parte del país, lo que era una necesidad inaplazable dada la pandemia. Tampoco ha abrogado el decreto 3973 que  permitió las “quemas controladas” y que fue el origen de los dantescos incendios de la Chiquitania en 2019 en el que se perdió un millón de hectáreas de bosques y miles de millones de animales se quemaron vivos.

Sin intentar abrir el debate, la presidenta aprobó entre gallos y medianoche, el Decreto 4232, que acelera el proceso para que en Bolivia se trabaje con semillas transgénicas irrespetando lo explícitamente establecido en la Constitución. En los últimos días intentó poner en vigencia muy cuestionadas restricciones a la libertad de expresión, después retrocedió solo para enredarse en un confuso episodio sobre respiradores y su utilidad.

La Presidente y su partido debieran recapacitar sobre la pertinencia de su candidatura.

 

 

 


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