domingo, 26 de diciembre de 2010

Los criadores

En los orígenes del estado actual de la realidad política en Bolivia, es posible categorizar a los que coadyuvaron el llegar a este punto, en dos, mas allá de los del populismo cocalero en sí. Entre los primeros, políticos que colaboraron en el ascenso de Morales, como el ex presidente Mesa, quien lo indultó por decreto de su rol en octubre de 2003, amén de sostener mediáticamente largo tiempo a García linera desde su canal, Jorge Quiroga que organizó en el Senado una hasta hoy inexplicada iniciativa que concluyó en el referéndum revocatorio, y Doria Medina, cuyos asambleístas fueron a Oruro después de la Calancha. Desapercibidos, pero comparablemente responsables, no pocos empresarios así como políticos como el ex senador Majluff y otros del MNR que fueron parte de la pasividad colaboradora.

¿Cinismo o ineptitud? Depende de la perspectiva con que se mire el escenario que compartieron, subiéndose con frivolidad a la ola de las mismas generalizadoras y simplistas categorías de descalificación del pasado y mitificación de lo seudoindigena, con los verdaderos criadores de cuervos, hoy victimas del malagradecido y rencoroso estilo gubernamental, uno de cuyos rasgos en una repugnante emulación estalinista, es que la dureza del castigo es inversamente proporcional a la cercanía y confianza de la que gozó el castigado. Tanto un sector de la Iglesia Católica, como un gran grupo de periodistas entran, junto con el MSM , en la categoría de criadores de cuervos, que hoy ya les han sacado a los unos el margen de acción e influencia del que legítimamente gozaban, a los otros la libertad de prensa y expresión, estando los últimos, salvo que dé frutos la heroica resistencia de Juan del Granado, por el mismo camino.

Obviamente que las tomas de posición del pasado no gozaron de unanimidad, pero cualquiera que analice, y lo harán los historiadores, el rol de algunos medios desde mediados de 2000, por ejemplo, quedara azorado de la falta de compasión por la verdad y la subjetividad manipuladora de esos días. Tanto la información sobre los hidrocarburos, como sobre el presupuesto, los gastos reservados, o los derechos humanos estaban en muchos casos marcados por la indisimulada intención de imponer la subjetividad cocalera por sobre la objetividad mínima, parte esencial de la estrategia del populismo, implacable con el adversario, además del imperativo de dotar de credibilidad al proyecto y a sus protagonistas.

Comparable rol puede ser atribuido a un sector de la jerarquía católica que en casos activamente, se sumó y avaló por acción u omisión el proceso de insurgencia populista, en su discurso como en sus acciones. Los niños que hoy son usados para traficar con droga en el Chapare, son hijos de aquellos mismos cuyas acciones de bloqueo salvaje, deliberada sedición e intransigencia belicosa se avaló o justificó directa o indirectamente en el alto, en Cochabamba y en las áreas rurales, pese a la obvia intención de generar enfrentamiento y muerte. El movimiento sin miedo también forma parte de los criadores del populismo cocalero, habiendo puesto su consistencia ética, capacidad de gestión y creatividad, al servicio de una alianza desigual cuya ruptura lo pone a merced de cuervos ávidos de poder, solo de poder y exclusivamente de poder.

martes, 14 de diciembre de 2010

De Villa Soldati a la payasada de Cancun

En horas, Evo Morales se ha visto en el centro del escrutinio internacional, ya no como el portavoz de los indígenas desposeídos, sino en una faceta más genuina y cruda, la del gestor ideológico y operador de formas insurreccionales que se llevan a cabo justificando las fechorías mas payasas, como se lo recordó nada menos que el premio Nobel más cercano a Bolivia.

Más concretamente que en las favelas militarizadas del Brasil, donde su influencia es responsable de gran parte de la violencia, detrás de los hechos de Buenos Aires se encuentra la tenacidad del populismo cocalero, su infinita capacidad de generar odio, iniciada mucho antes de llegar al gobierno, durante decenas de estadías con la colonia boliviana en Buenos Aires, cuyos líderes Morales ha tratado personalmente al configurar un red de apoyo electoral adicional, que en última instancia se tradujo en el voto de esos compatriotas por su candidatura, en la Argentina, pero incluso en el desplazamiento masivo de bolivianos que vinieron a votar en el territorio nacional a pesar de no estar ni inscritos.

Ni a lo uno ni lo otro es ajena la Señora Fernández que se ufanó de colaborar en los viajes de los votantes, hecho inaudito en la historia, como tampoco lo era su finado marido quien contribuyo mucho más que Lula a darle credibilidad al prospecto de la exportación gasífera a la Argentina y legitimar la satrapía que fue la supuesta nacionalización.

Detrás de los cadáveres de los asesinados en la Argentina se encuentran los atávicos instintos, racistas de un sector de la sociedad argentina, qué duda cabe, pero están sobretodo reflejadas las consecuencias de las consignas y acciones del populismo cocalero, las que en Bolivia le permitió no solo derrocar a gobiernos constitucionales mediante la generación de conflictos y muertos para poder luego realizar puestas en escena propiamente cinematográficas, responsabilizando a los agredidos, gritando al racismo y a la discriminación, sino exigir eventuales derechos rompiendo con las mínimas normas de convivencia civilizada, saltando muros, plantando coca, contrabandeando todo, ocupando lo ajeno, sentándose en la ley y arreglándolo , si acaso, después.

El mismo maniqueísmo, en las calles de las villas miseria bonaerense o en las paradisiacas playas de Cancún, testigos de lo que puede ser la diplomacia en manos de forajidos. Siempre las exigencias totales y definitivas, la infinita prepotencia sindicaloide, maximalista y atrabiliaria es la que en México condujo, ante todo el planeta al esplendor del fracaso diplomático individual más contundente que Bolivia haya registrado en su historia.

La auto marginación del gobierno de un país cuyo peso demográfico y económico es irrisorio en relación a los 153 otros y que adicionalmente posa como medioambientalista cuando no a producido ni una sola política pública digna de ese nombre en cinco años y cuyo presidente es simultáneamente presidente de los productores de hoja de coca que proveen de materia prima para la producción de cocaína es el resumen de un cinismo descomunal y patológico, que el mundo ha empezado azorado a descubrir.