lunes, 10 de agosto de 2020

Carta abierta a la Presidente Jeanine Añez

La Paz, 6 de agosto de 2020            

Señora                                                                                  

Jeanine Añez

Presidente Constitucional Interina

Presente.-

 

Excelentísima señora Presidente  :

Me dirijo públicamente a su autoridad con el objeto de hacerle conocer mi criterio personal e institucional sobre la actual coyuntura  y específicamente sobre las elecciones y su candidatura a la presidencia.

De confirmarse la misma se convertiría usted en el segundo presidente de este siglo en candidatear a la presidencia estando en funciones. El otro fue Evo Morales Ayma. Durante el siglo pasado un solo caso excepcional confirma la regla, el de la reelección inmediata de 1964 que como es de su conocimiento, sumió al país en 18 años de autoritarismo con episódicos  paréntesis democráticos.

De las 19 constituciones bolivianas, 13 prohibían la reelección inmediata y en nuestra turbulenta historia la reelección inmediata es un fantasma que se ha presentado en innumerables oportunidades pero que los bolivianos creíamos ya derrotado hasta la constitución de 2009, hecha a la medida y con los métodos de Evo Morales, sobre los muertos de la Calancha y con las conocidas anomalías que una constitución aprobada en un cuartel puede adolecer.

Es por eso señora Presidente que cuando Ud. asumió la presidencia en noviembre de 2019 fuimos millones los que apoyamos con entusiasmo el inicio de su gestión y las perspectivas de revertir el nefasto legado del masismo en lo económico e institucional pero sobre todo en lo moral y ético.

Requerida su opinión sobre la postulación, negó Ud. tres veces la posibilidad de, en sus propias palabras, “aprovecharse”.

 Esto fue lo que usted  dijo  : "Lo que particularmente yo quiero es cumplir con Bolivia, no estar aprovechándome de una situación y decir, ¡ah yo también podría ser candidato y me aprovecharé de eso!, porque creo que sería deshonesto “ (Página 7)  "Por ahí dicen que yo estaba buscando candidaturas es una especulación de muy mal gusto porque yo de mi boca ni en mi pensamiento lo pensé, no sería honesto “ (Red Uno) y “Yo no tengo ningún cálculo político y creo que esa es una bendición para mí, no decir: ‘voy a sacar rédito de toda esta etapa que me está tocando vivir como Presidenta’, no” (PAT, No mentiras)

Personalmente debo decir que le creí cuando la escuche pronunciar estos enfáticos y en un par de casos, llorosos desmentidos. Le creí porque es obvio que la misión de quienes resistimos durante 14 años al masismo es demostrar que se puede construir una nueva Bolivia en base no solo a la institucionalidad sino a la coherencia y a la integridad.

 Estábamos todos hartos del nivel de descaro y cinismo que caracterizó a Morales, Linera y sus adláteres y veíamos en Ud. la encarnación de un renacimiento moral, la idea de que la política, aunque tan desafiante, puede ser habitada por personas con principios y palabra.

Pero el problema no se limita a que Ud. dijo eso e hizo otra cosa, sino que con esto está usted poniendo en tela de juicio  la lucha de 14 años, y dándole a Evo Morales y el MAS, una excelente noticia  porque  su decisión, en palabras del ex presidente Jorge Tuto  Quiroga “normaliza y valida sus prácticas prorroguistas, además que los blinda de rendir cuentas ante la justicia por 14 años de latrocinio, corrupción y violencia. Una administración transitoria, con respaldo externo e interno, puede denunciar y acusar al MÁS por sus actos dolosos. Un gobierno en campaña pierde la legitimidad y el respaldo para procesar contrincantes, por grotescos que hubiesen sido sus actos dolosos. El candidato Arce, el mismo Evo, y sus acólitos, tendrán ahora más impunidad que la que buscaban mediante ley.”

No se ha dado inicio a los proceso de investigación de los crímenes de lesa humanidad y de las violaciones a los derechos humanos de más de  una década y mucho menos a las   auditorias jurídico financieras y administrativas  de los 14 años más corruptos de nuestra historia.

Ni siquiera se ha dignado Ud.  Revertir algunas de las medidas más espectacularmente atroces de la era de Evo Morales como el DS 23973 que, al autorizar las “quemas controladas” posibilitó los mortíferos incendios de la Chiquitania boliviana, los más devastadores de toda nuestra historia.

“En lo económico la bonanza es solo un recuerdo, el gasto público se desbocó, las reservas internacionales monetarias están declinando, y el déficit fiscal es el más alto de la región, exceptuando Venezuela.  A un gobierno de transición no se le exigiría que atienda estos problemas pero al estar en campaña, toda decisión económica tiene el interés de su candidatura y no el de la nación como prioridad.”

De hecho, a pesar de la crisis, no se iniciado un proceso de reducción del gasto público y 6 meses después de su llegada al gobierno es razonable especular que más de dos tercios de las instituciones siguen administradas por los que durante 14 años no tuvieron ni Dios ni ley y no se ha iniciado siquiera el recuento de los daños, ni de los robos.

Todo esto  señora Presidente,  es extraordinariamente preocupante y grave en sí mismo. Si a estos elementos le agregamos el inédito y gigantesco desafío de la administración del estado en épocas de pandemia, realmente es difícil encontrar las palabras para calificar el cepo político, jurídico, económico y hasta  existencial que Ud. se colocado así misma al proclamarse candidata.

Ser simultáneamente jefa de gobierno y candidata, obviamente le resta fuerza, liderazgo y norte  a ambos roles y le hace parecer  cada vez más como un  instrumento de su entorno, los únicos beneficiados de este incordio y los que, presumiblemente, son los que presionaron su decisión e impiden la retire.

Esto es lo que el señor Samuel Doria Medina, que se desempeña hoy como un vocero informal del gobierno, con autoridad pero sin responsabilidad, dijo de su candidatura antes de ser el mismo propuesto como aspirante a vice presidente :  Me opongo a la reelección porque cuando los gobernantes van a una elección usan los recursos del Estado para su candidatura, ya estamos viendo en la propaganda aparentemente sobre las obras del gobierno, pero que en realidad son parte de la campaña de Jeanine Añez, eso me hace recuerdo de lo que veíamos de Evo Morales”. (Página siete), llamando incluso a “defender la democracia” y calificando la relección de “maldición” (Correo del Sur)

Qué clase de autoridad moral puede tener una persona, Señora presidente, que censura determinada acción pero si invitado a sumarse a la misma la aplaude, y asume la posición contraria, no por un legítimo y fundamentado cambio de opinión sino por mero interés personal, ni siquiera con algún grado de representatividad  de algo o alguien sino solo por conveniencia individual, es como quien censure el robo pero si le dan parte del botín lo aplaude!

El sistema político colapsó a principios de siglo, entre otras cosas por ese tipo de incoherencias e inconsecuencias. Porque la política no puede ser una acto de bufonería, ya que ello conlleva el descredito del sistema y eso trae como resultado el socavamiento institucional, la violencia y el ascenso de populistas demagogos como Evo Morales y Álvaro García.

La reelección inmediata  suele atentar contra los principios de igualdad, equidad e integridad en la contienda electoral, al dar lugar a un ventajismo indebido a favor del presidente en funciones, en desmedro de los demás candidatos y es lo que vimos en todos los ámbitos durante 14 años y en contra de lo cual el pueblo boliviano se rebeló. Es más, la reelección ha sido en nuestro país y en América latina el camino más seguro al enfrentamiento, la violencia y al retroceso institucional.

Si persiste en su intención,. Señora Presidente, el que habrá ganado, independientemente de los resultados electorales, es Evo Morales Ayma. Habrá quedado claro que el cinismo, la viveza criolla, la falta de auto control, la miseria política  y la falta de valores están intrínseca e inexorablemente  ligados a la actividad política.

Usted, en vez de pasar a la historia como quien valientemente presidio elecciones imparciales como su antecesora Lidia Gueiler, será el objeto de ataques justificados e  injustificados, de fiscalización masiva, disconformidad absoluta y crítica despiadada. Ni Usted ni Bolivia se lo merecen.

Cuando no se han cumplido ni 9 meses de su posesión como presidente interina la única criatura que parece dar signos de querer renacer es la de grupos corporativos afines al MAS que en este aniversario patrio vuelven a recurrir al bloqueo inmisericorde incluyendo el de insumos médicos  como el oxígeno en pandemia, están dinamitando carreteras y destruyendo la convivencia civilizada.

Hasta hoy son pocas las iniciativas que su gobierno ha tomado para revertir los avances de estos forajidos asesinos irracionales. Pero de todas las cosas que podría hacer, está claro que renunciar a una candidatura inadecuada  y convocar a un gobierno de unidad nacional es la que le haría entrar por la puerta grande de la Historia y concitaría , en bien de su gobierno, su persona  y de la democracia boliviana el mayor apoyo nacional e internacional y el reconocimiento de las generaciones  presentes y futuras.

Reciba usted, Sra. Presidente, la expresión de mis mejores consideraciones

                                                                       

 

Luis Eduardo Siles Pérez

      Jefe Nacional

             MNR

 

 

domingo, 2 de agosto de 2020

Liderezas en tiempos de pandemia

Para poner a prueba liderazgos, no hay mejores contextos  que las guerras,  desastres y en nuestros  días, esa mezcla de ambas cosas que es  la pandemia del corona virus. Si hay un signo del mundo hoy es el de una incertidumbre espantosa que carcome el alma de millones de seres humanos. Ante el miedo que se hace presa de todos los que desde sus encierros  contemplan un vértigo de inquietudes, la imagen de la mujer líder se yergue  como la madre protectora que brinda amparo, decisión, y orientación en tiempos difíciles.

Ante lo desconocido, las especulaciones de las teorías de conspiración sobre el origen y tratamiento de la pandemia, la imagen de la canciller alemana Ángela Merkel impecable técnicamente y de competente sensibilidad,  tranquiliza  en su estilo teutónico, por que borra la desconfianza con un aire casi maternal que inspira solidez de mujer de estado, credibilidad,  y consuelo. Con otro estilo, Jacinda Arden, primera ministra de Nueva Zelandia también de gran nivel técnico, habló de declarar al conejo de Pascua un trabajador esencial y otras presidentes han hecho conferencias de prensa solo dirigidas a niños por que las mujeres líderes suelen priorizar a los más vulnerables.

En nuestro medio, la fuerza de la Alcaldesa interina de Santa Cruz Angélica Sosa, y el liderazgo consistente de la canciller Karen Longaric son puntos de referencia para quienes no encontraban ejemplos para considerar que la  tradición de lideresas bolivianas desde Juana Azurduy y Bartolina Sisa  a Lidia Gueiler, contaba con emulas contemporáneas.

Si la resistencia contra  la pandemia en Santa Cruz tiene un nombre  es el de la Arq. Angélica Sosa quien junto al Dr. Oscar Urenda agarró el toro por las astas, aun a riesgo de su propio contagio y capital político. Incansable, valiente, con un solvente manejo de la problemática, planteando soluciones y ejerciendo un genuino liderazgo arropó a Santa Cruz en estos días grises a pesar de las limitaciones propias del contexto local. Intuyendo la gravedad de lo que se venía antes que la mayoría, Sosa, indiferente a las críticas, insistió en la cuarentena a pesar de la indisciplina social, armó centros sanitarios, distribuyó alimentos, exigió transparencia en las cifras y conduce la batalla en el epicentro que es Santa Cruz de la Sierra.

Karen Longaric, por su parte, asumió el reto de formular la política exterior de Bolivia antes y durante la pandemia, luego de 14 años de masismo en el los que las decisiones se tomaban en base a intereses ideológicos, no nacionales. Jefa de un variopinto gabinete, Longaric destaca por la pulcra seriedad de sus decisiones y posicionamientos  que obedecen por lo demás  a un plan sobre política exterior que formuló antes de ocupar el cargo. Tanto en el manejo de las relaciones con Chile en plena pandemia, como en la presencia de representaciones de un gobierno que el chavismo internacional quiso etiquetar de golpista, como en la promoción del comercio internacional de Bolivia o en el manejo de la crisis de los alojados en la embajada de México,  la canciller trajo consistencia y profesionalismo. Ejerciendo una responsabilidad para la que estaba preparada como pocos, la Sra. Longaric ha producido en poco tiempo un cambio positivo en la imagen internacional de Bolivia y probado que la gestión de una mujer en la cancillería puede ser reflejo de la combinación entre técnica y elegancia.

En este recuento, quisiéramos mencionar a la Presidente Añez o a la Senadora Eva Copa con similares razones. No obstante, al  intentar Añez la reelección inmediata candidateando contra el sentido común, hipotecó no solo el destino de su administración, sino que se cortó a sí misma posibilidades de gestión y de generación de genuino poder político. Ocupada en no cometer errores de campaña, aparentemente secuestrada por un varonil entorno, parece ausente del desafío de la pandemia, o del de las relaciones exteriores limitándose, calculadamente,  a presentar teóricas buenas noticias en videos. Pudiendo ser la madre de la nación en estas circunstancias prefirió escoger ser la hija de una parcialidad y su proyecto político hoy se asemeja al de un pedazo de hielo bajo el sol ardiente.

Por su parte la joven y poco conocida  presidente del Senado tiene aún por demostrar si es capaz de marcar una ruptura con el terrorismo de su partido y asumir posiciones constructivas y democráticas o si continuará en la nefasta senda de la confrontación racial y política así como el del sabotaje a la democracia y a la paz social con el que su mentor dividió y envenenó el alma de los bolivianos mientras despilfarraba el dinero de todos sin invertir prácticamente en salud. Su participación en el rechazo parlamentario del primer crédito necesario para  las victimas del virus  es una pésima señal de su verdadera identidad e intenciones.