miércoles, 8 de febrero de 2017

Linereadas


Sobre todo después de la derrota del 21 de febrero el señor García Linera ha llamado la atención por la enfervorizada si no es histérica forma en que protagonizó una campaña dirigida a audiencias en las que, muy lejos de debatir,  se encuentra en posición de matón depredador  como cuando habla a niños en las escuelas.

El estilo barroco en la forma adquirió matices de excentricidad y finalmente  de franco desequilibrio, habiendo sido su salud mental puesta en cuestión no solo por sus hiperbólicas alusiones al sol y la luna sino por las muy graves, cobardes y miserables exhortaciones a que los niños se “pongan”  cartuchos de dinamita al estilo de los suicidas pseudo islámicos.

Más allá de la forma, el lenguaje verbal y corporal ríspido y la tonalidad hosca y áspera de su peroración que,  lo patológico es la distancia entre lo que Linera dice y lo que ha hecho.
En la última de sus alocuciones dirigidas a un público escolar, Linera ha expresado que “Si luchas, eres antiimperialista, anticolonialista y anticapitalista; el cielo es de vos.”

¿Anticapitalista?

Solo un trastornado podría afirmar, después de diez años de ejercicio casi irrestricto del poder que existió o existe un residuo de genuino anticapitalismo en la práctica masista, aunque las políticas económicas del gobierno se caracterizan por ser una suerte de capitalismo de amigotes como el que describe Gloria Álvarez, un capitalismo en el que se beneficia a determinados grupos de poder, es ostensible en el caso del grupo TOYOSA o a familiares del entorno presidencial y vicepresidencial, un capitalismo de tráfico de influencias pero económicamente algo que se asemeje al “socialismo” no es, salvo en la retórica. Ningún aspecto de lo que es una economía predominantemente capitalista,  libre mercado,  libre fijación de precios y tasas de interés, libre circulación de bienes, el lugar de la propiedad privada, la cooptación sindical, la libre contratación, el poderío del sistema financiero ha sido tocado, ni siquiera epidérmicamente aunque obviamente los niveles de corrupción amiguismo y manipulación política distorsionan lo que debiera ser una sana competencia entre agentes económicos. Es más se ha incentivado aunque matizado por la corrupción, la  competencia en la producción de coca y cocaína, el contrabando así como la depredación de áreas protegidas y de los ecosistemas, la violación de los derechos laborales extremos que republicas que fomentan la libre empresa obviamente no permiten,  Bolivia es hoy, como lo fue desde 1985 pero mucho más un país de libre comercio donde la mano invisible ha sido remplazado por el tráfico de influencias y la coima invisible, y nada de lo que la retórica constitucional diga o los fetiches de empresas estatales en su mayoría quebradas cambia un milímetro a esa realidad.

¿Antimperialista?

Más que anti imperialista, la versión local del idiota latinoamericano, que personifica el falso licenciado y terrorista es anti norte americana, Por razones que presumiblemente se remontan a complejos individuales y colectivos es a los Estados Unidos a los que hay que odiar, no incluyendo esto a Europa, Canadá y mucho menos al gran imperio Chino, que ha venido a ocupar en la práctica, el lugar que Estados Unidos solo ocupo en la mente y en la consigna populista.  El caso CAMC parece ser la punta del iceberg de una verdadera invasión de súbditos chinos en su mayoría ligados al gobierno imperial, no de empresarios privados o turistas. Lo que hay aquí es una genuina ocupación del territorio, la economía y los recursos naturales de Bolivia por parte de capitales y personas venidas del imperio de oriente, la segunda economía mundial, con el afán de acabar como termitas con la riqueza nacional, sin inhibirse ante las leyes y fomentando la corrupción entre estados.  Esta genuina completa e indiscutible venta y entrega de la patria a los chinos supone además una consecuencia de gran devastación sobre la estructura laboral, social e incluso cultural de nuestros habitantes, especialmente los aymara y quechua, muchos de los cuales son obreros, mercaderes y trabajadores del campo y las ciudades así como empresarios y emprendedores  y que son en casos empleados violando las leyes y en otros sufren de una competencia desleal ya que ellos no tiene a un estado imperial que los socape.

¿Anticolonialista?

La entrega de Bolivia al imperio chino se acompaña de la utilización de categorías discursivas manipuladas para dar la impresión de que existe aquí un proceso de descolonización el mismo que no es verificable a nivel empírico ni en lo que concierne a la economía, entregada al imperio chino, ni como categoría sociológico cultural. En un mundo en inexorable e irreversible proceso de globalización económica, y cultural la hipotética descolonización puede prescindir de la segmentación de Bolivia en grupos discriminados en base a su hipotética raza o color de piel. Esto no es anti colonialismo, es fascismo y un retroceso de décadas que ha dividido y enfrentado innecesariamente a los bolivianos creando a ciudadanos “indígenas”  como si los que supuestamente no lo son fueran “alienígenas” y reeditando la manipulación de lo aymara y quechua con fines de beneficio político partidario como hubo  la tendencia a hacerlo en los años sesentas y setentas y el pacto “militar campesino”, un “pacto” para que los poderosos sigan usufructuando del poder y la corrupción

¿El cielo es de vos?

La retórica vicepresidencial merece ser objeto de un estudio más detallado ya que detrás de la lógica de odio, terrorismo y el un nivel de cinismo descomunal y surrealista se esconde una de las razones que ha generado violencia, agresividad, linchamientos y ha enfermado el alma de Bolivia, a tal punto que las recientes muertes en la Alcaldía alteña el linchamiento del vice ministro de seguridad interior y la masacre de 6 mineros se han vuelto eventos banales.  Ese es el “cielo” de García linera, un  infierno por que algún día será juzgado.










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