La Dirección Nacional del MNR
expresa su Solidaridad personal y política con el Senador por Pando Roger
Pinto en su decisión de refugiarse en la
sede Diplomática del Hermano País del Brasil a consecuencia de que el
linchamiento judicial al que era sometido tenia serias posibilidades de
transformarse en un linchamiento físico
y acabar con su vida.
El hecho de que el Senador Pinto
sea nada menos que el Jefe de la bancada de opositores en el Senado y que hace
algunos meses entregó al poder ejecutivo una denuncia puntual sobre casos de
narcotráfico, son elementos muy significativos en este hito importante del
deterioro de la democracia y el estado de derecho en Bolivia.
Llama poderosamente la atención
que el poder ejecutivo no se haya pronunciado sobre las denuncias que hizo en
Senador Pinto y que en su lugar, en consonancia con su estilo bravucón, los
voceros gubernamentales se dediquen a descalificar al Senador como los varios centenares de compatriotas que han
sido obligados a tomar el camino del exilio.
Es evidente que entre esos
cientos, existen casos específicos
individuales con serios indicios de haber cometido actos de corrupción,
como es el caso de los ex gobernadores Mario Cossío y José Luis Paredes, entre
otros.
No obstante, estos casos como
cualquier otro, deben ser investigados y juzgados respetando derechos
universalmente reconocidos como el derecho a la defensa, y al debido proceso y no
por que exista el presumible elemento de la corrupción en unos casos esto
implica que la persecución mediante la judicialización de la política no
exista.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Refugiados ( ACNUR ) ha contabilizado a 615 compatriotas refugiados políticos
en diferentes países y ello no es más que el reflejo del absoluto deterioro de las garantías políticas y los derechos
humanos en Bolivia comparable o incluso peor que en las dictaduras militares.
La Paz, Bolivia, 30 de mayo de 2012
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