Al reaccionar al informe 2011 sobre derechos humanos del Departamento
de Estado el vice ministro de gobierno Jorge Pérez, que solo la semana pasada
estuvo señalado como vinculado al caso de la supuesta golpiza a la enfermera
Boyan acusada de haberle lanzado una piedra, ha dicho que en Bolivia los
derechos humanos “se respetan de manera absoluta “
Es desconcertante que se pueda
afirmar sin rubor que en un país donde gobierna la turba violenta e institucionalizada,
en un contexto en el que se amenaza desde el gobierno a las instancias judiciales,
a los medios de comunicación, a los indígenas, a lo empresarios, a la iglesia, a
los opositores políticos, alguien tenga siquiera una semblanza de derechos. El único
derecho vigente es ser la victima de una de las variantes de linchamiento,
físico, jurídico, político en las que se especializa el oficialismo.
¿ A que “derechos humanos” se
refiere el vice ministro ? ¿ A los de
las dos victimas de linchamiento de este fin de semana, asesinados despiadadamente
por turbas de criminales soliviantados por
la vigencia constitucional de la
“justicia comunitaria” y la pasividad estatal ante estos crímenes ? ¿ A los derechos de Juan Antonio Morales, Jorge Melgar, o Leopoldo
Fernández próximo a cumplir cuatro años sin proceso, investigación ni sentencia
? ¿ Quizás a los derechos humanos de los asesinados en calzoncillos en el hotel
las américas ? ¿ A los derechos de los indígenas salvajemente golpeados en Chaparina,
incluyendo mujeres y niños ? ¿ Los de los opositores que acumulan procesos a
diestra y siniestra o los de los más de cien muertos en este gobierno producto
de la represión en Papelpampa, Cochabamba,
Yungas de Vandiola, La Calancha,
Caihuasi, Cobija, Caranavi, Yapacaní, Tiquipaya,
Santa Cruz entre otros ? ¿ Los de los
periodistas linchados o los de los cogoteados ?
La realidad es que prácticamente
nadie tiene en el país garantizado sus derechos humanos. El único derecho
vigente para todos los ciudadanos de Bolivia es la incertidumbre sobre el
futuro y aludes de amenazas, improperios y proceso si se discrepa con al verdad
oficial. Los únicos que en Bolivia gozan del respeto a los derechos humanos son
diplomáticos cubanos, venezolanos, iraníes acusados de crímenes o peruanos acusados de terrorismo.
En la
abigarrada idiosincrasia política boliviana hay quienes están convencidos que
gobernar consiste en implementar recursos para consolidar engaños de tamaño
cada vez mas descomunal e hilvanar con aires teatrales engañifa tras patraña,
en una infinita sucesión de imposturas. Lo que resulta paradójico es que en
pleno siglo 21, cuando a pesar de toda la letanía de denuestos que se hace al
desarrollo económico, y cultural de estos últimos años, la sociedad boliviana
intenta modernizarse, estos recursos sigan siendo utilizados con razonable
eficiencia para tratar de disimular el hecho de que este es un gobierno de
forajidos que explota exitosamente el cultivo de coca excedentaria, el
contrabando, las coimas en los contratos, el tráfico de influencias, el
nepotismo, la incapacidad y la total falta de gestión social y económica.
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